Contenido
- 0.1 Ni madrugar ni leer: el hábito diario para mayores de 60 años que mejora la salud cardiovascular, según Harvard
- 0.2 Ni fútbol ni atletismo: el deporte ideal para niños de hasta 10 años que potencia su pensamiento estratégico
- 0.3 Estos son los litros de agua que bebe Jason Statham para mantener el cuerpo en plena forma
- 1 ¿Cuál es el deporte ideal para niños de hasta 10 años?
- 2 ¿Cómo favorece el baloncesto a nivel cognitivo en los niños?
- 3 Valores y herramientas que brinda el baloncesto para la vida diaria de los más pequeños
- 4 ¿Cuándo es recomendable empezar y cómo?
En España, solo cuatro de cada diez niños realizan la actividad física diaria que recomienda la Organización Mundial de la Salud. Esta cifra pone sobre la mesa la necesidad de promover hábitos saludables desde los primeros años de vida, especialmente mediante la práctica deportiva regular. La realidad es que encontrar el deporte ideal para niños no es para nada una tarea fácil. Pero a su vez, es mucho más que necesario.
Y es que los beneficios del ejercicio físico en la infancia están más que demostrados. No sólo ayudan al crecimiento, también influyen en el desarrollo muscular, el equilibrio y la salud mental. Frente a disciplinas tradicionales como el fútbol o el balonmano, existen alternativas menos masificadas que ofrecen una estimulación más completa a nivel motor, cognitivo y social.
¿Cuál es el deporte ideal para niños de hasta 10 años?
A partir de los cinco años, la mayoría de niños ya puede iniciarse en la práctica deportiva. La elección del deporte ideal para niños debe considerar factores como el trabajo en equipo, la estimulación mental, la mejora del equilibrio y la coordinación. Una de las disciplinas más completas en este sentido es el baloncesto.
Puede practicarse tanto en espacios cubiertos como al aire libre, y su flexibilidad permite adaptarlo fácilmente a diferentes edades y niveles. Además, está especialmente recomendado a partir de los siete años, cuando los menores comienzan a desarrollar una mayor capacidad para comprender reglas, asumir roles en equipo y anticiparse a situaciones del juego.
El baloncesto combina ejercicios cardiovasculares, coordinación motora, fuerza y resistencia, convirtiéndolo en una actividad muy completa. Algunos de los beneficios físicos más destacados son:
- Fortalecimiento del sistema cardiovascular: se trata de una actividad aeróbica constante que mejora la resistencia y previene el sedentarismo.
- Desarrollo de la masa muscular y ósea: saltar, correr y cambiar de dirección con frecuencia ayuda a reforzar músculos y huesos en crecimiento.
- Mejora del equilibrio: el control del cuerpo durante los desplazamientos en la cancha permite que los niños trabajen esta capacidad constantemente.
- Coordinación mano-ojo: el manejo del balón exige precisión y atención, lo que estimula conexiones neuronales relacionadas con la motricidad fina y gruesa.
Estos beneficios se potencian aún más cuando la práctica es regular y supervisada por entrenadores cualificados, lo cual es ideal para evitar lesiones y potenciar el aprendizaje técnico.
¿Cómo favorece el baloncesto a nivel cognitivo en los niños?
Más allá del aspecto físico, el baloncesto es el deporte ideal para niños que necesitan trabajar su atención, memoria y capacidad de reacción. Cada jugada requiere decisiones rápidas, lectura del entorno y comunicación con el equipo.
Entre los beneficios mentales y emocionales más destacados se encuentran:
- Estimulación de la rapidez mental: los partidos exigen tomar decisiones en segundos, analizar el movimiento del rival y anticipar jugadas.
- Fomento del autocontrol: la necesidad de seguir reglas y aceptar derrotas contribuye al desarrollo del autocontrol emocional.
- Incremento de la autoestima: lograr objetivos, participar activamente en el equipo y ver progresos personales, refuerza la confianza en sí mismos.
- Socialización y trabajo en equipo: interactuar con compañeros, entrenadores y adversarios promueve habilidades sociales fundamentales.
Valores y herramientas que brinda el baloncesto para la vida diaria de los más pequeños
El baloncesto también cumple una función educativa. No sólo se trata de encestar, sino de aprender a convivir, colaborar y respetar. Algunos valores que se transmiten a través de este deporte son:
- Disciplina y responsabilidad: el entrenamiento regular y el compromiso con el equipo refuerzan hábitos positivos.
- Perseverancia: superar dificultades en los partidos ayuda a afrontar retos también fuera del ámbito deportivo.
- Respeto por las normas: el baloncesto exige seguir un reglamento estricto, lo que fomenta el cumplimiento de normas sociales.
- Resolución de conflictos: las situaciones competitivas permiten ensayar estrategias de solución sin recurrir a la agresividad.
Además, practicar este deporte desde la infancia ayuda a instaurar un estilo de vida activo, reduciendo el riesgo de enfermedades asociadas al sedentarismo en la adolescencia y adultez.
¿Cuándo es recomendable empezar y cómo?
Tal como se mencionó previamente, el baloncesto puede iniciarse a partir de los cinco años, con adaptaciones en el tamaño del balón y la altura de la canasta. Desde los tres años se puede introducir como actividad lúdica con juegos de bote y pase.
Lo recomendable es apuntar a los menores a un club o escuela especializada, donde puedan iniciarse con entrenadores capacitados. También puede practicarse en casa o en el parque, siempre que se tengan los materiales básicos: una canasta y un balón.