Contenido
- 1 Caminar hacia atrás: el ejercicio ideal para mejorar la movilidad de las personas mayores
- 2 Beneficios físicos de caminar hacia atrás para personas mayores de 65 años
- 3 Cómo caminar hacia atrás estimula la memoria y la concentración
- 4 Recomendaciones y precauciones para practicar el retro-walking con seguridad
Mantener la agilidad y la independencia física después de los 65 años es una meta compartida por millones de personas. Aunque caminar sigue siendo una de las formas más recomendadas de ejercicio, hay una actividad poco convencional está ganando reconocimiento entre los especialistas.
Su eficacia para reforzar el equilibrio y la estabilidad ha despertado el interés de la ciencia moderna y podría convertirse en una herramienta clave para prolongar la autonomía en la vejez.
Caminar hacia atrás: el ejercicio ideal para mejorar la movilidad de las personas mayores
A diferencia de un paseo normal, caminar hacia atrás o retro-walking, activa grupos musculares que normalmente permanecen en segundo plano, especialmente los situados en las rodillas y las caderas. Esta redistribución del esfuerzo físico produce un impacto positivo en la mecánica corporal y favorece una movilidad más equilibrada.
Según señala la especialista en ortopedia Nicole Haas, de Boulder (Colorado) en National Geographic, el valor principal de esta práctica radica en su capacidad para modificar la carga mecánica del cuerpo y, al mismo tiempo, estimular al cerebro con una tarea novedosa.
En declaraciones recogidas por el medio citado, Haas explica que «al cambiar el patrón de la marcha, los músculos, tendones y articulaciones se activan de manera distinta, lo que fortalece la estructura corporal en conjunto».
Beneficios físicos de caminar hacia atrás para personas mayores de 65 años
El retro-walking ha demostrado ser especialmente útil en procesos de rehabilitación o en casos de dolor crónico. Janet Dufek, profesora de kinesiología en la Universidad de Nevada (Las Vegas) ha dedicado más de dos décadas a estudiar esta técnica y ha confirmado que caminar hacia atrás aumenta la flexibilidad de los isquiotibiales y alivia el dolor lumbar.
Además, un estudio publicado en el North American Journal of Medical Science comprobó que incluir esta práctica en terapias de fisioterapia para pacientes con osteoartritis de rodilla redujo significativamente la discapacidad y mejoró la movilidad articular.
De acuerdo con el Colegio Americano de Medicina del Deporte, caminar hacia atrás puede incluso quemar hasta un 40 % más de calorías que la caminata tradicional, lo que la convierte en una opción eficaz también para el control de peso.
Cómo caminar hacia atrás estimula la memoria y la concentración
Los beneficios de este ejercicio no se limitan al cuerpo. La doctora Ashwini Nadkarni, profesora adjunta de psiquiatría en la Facultad de Medicina de Harvard, afirma que esta caminata exige un nivel de atención superior al habitual, lo que fortalece la coordinación, la memoria y la percepción espacial.
Otros estudios revelan que quienes practican la marcha retro entre 10 y 15 minutos, tres o cuatro veces por semana, mejoran notablemente su equilibrio y capacidad de reacción en comparación con quienes caminan hacia adelante.
Recomendaciones y precauciones para practicar el retro-walking con seguridad
Aunque los beneficios son amplios, los especialistas recomiendan precaución. Jonathan Jarry, de la Universidad McGill, señala que la evidencia científica aún proviene de estudios pequeños y centrados en la fisioterapia. Por ello, sugiere no sustituir los entrenamientos regulares sin asesoramiento profesional.
La profesora Dufek aconseja realizar esta práctica en una cinta de correr o en un entorno seguro, con buena visibilidad y sin obstáculos. Variar la velocidad y la inclinación permite adaptar la intensidad al nivel de condición física de cada persona.