En los meses de embarazo, las emociones son una montaña rusa. Con subidas, bajadas y cuestiones que son naturales. La variación va desde cambios bruscos de humor, aumento de la sensibilidad, ansiedad, preocupaciones… y miedos.
En ese punto, el ejercicio es una de las mejores vías para canalizar todo eso. Ayuda a controlar el aumento de peso, reduce el riesgo de complicaciones como la diabetes gestacional o la preeclampsia, alivia dolores comunes como el de espalda, mejora el estado de ánimo y promueve un descanso más profundo. Y hay un tipo de ejercicio, muy seguro, que además de ayudar a mantener el peso, aporta alegría.
¿Cuál es el ejercicio ideal para embarazadas?
Este ejercicio es la Zumba sin impacto, una adaptación pensada para embarazadas. Es alegre, dinámica y segura. Mantiene la esencia del baile original, pero sin los saltos ni los rebotes que pueden incomodar o ser un riesgo. El foco está en el ritmo, el movimiento y el bienestar.
Las coreografías se simplifican, pero no pierden nada. Son fáciles de seguir incluso para los que nunca han practicado una clase de baile. La música suele ser latina, movida, con ese punto contagioso que anima el cuerpo aunque no tengas el mejor día.
La Zumba sin impacto mejora la resistencia cardiovascular, fortalece los músculos (especialmente los de la zona pélvica y el core) y contribuye a mantener el peso a raya. Pero, más allá de lo físico, tiene otro gran valor: cambia el estado de ánimo. Levanta el ánimo, reduce el estrés y, en muchas, ayuda incluso a dormir mejor.
Además, moverse en grupo crea conexión. Compartir esa hora con otras mujeres que también están embarazadas aporta una complicidad que se agradece mucho.
¿Qué tener en cuenta para que la Zumba sea segura durante el embarazo?
Antes de lanzarse al primer paso, hay que tener claras algunas pautas.
- Lo primero, consultar con el médico o la matrona. Cada embarazo es un mundo y conviene asegurarse de que no hay riesgos.
- Durante la clase, es clave escuchar al cuerpo. Nada de forzar. Si hay fatiga, mareo o cualquier molestia, se para.
- Beber agua antes, durante y después es otro punto fundamental. El embarazo aumenta la temperatura corporal, así que evitar el sobrecalentamiento es una prioridad.
- Los movimientos deben adaptarse: nada de saltos, giros bruscos o cualquier ejercicio que ponga en riesgo el equilibrio. Zumba permite esas modificaciones sin perder efectividad.
- También conviene prestar atención a la postura y al suelo pélvico. Muchos instructores ya incluyen ejercicios específicos para fortalecer esa zona, lo cual es un plus de cara al parto y al posparto.
- Por otro lado, a medida que avanza el embarazo, el equilibrio cambia. Hay que escoger bien los pasos y evitar cualquier movimiento que pueda desestabilizar.
La Zumba, si se hace bien y con supervisión, es una aliada inesperada en esta etapa tan intensa. Puede transformar una tarde cualquiera en una sesión que recarga energías, con risas, movimiento y buen ambiente en grupo. Justo lo que viene bien en estos meses.