Contenido
- 0.1 Los mayores de 60 años pueden ganar fuerza, pero deben centrarse en estos músculos: lo afirma un profesional
- 0.2 Si tienes 5 minutos libres todos los días, puedes fortalecer tus piernas sin salir de casa: éste es el secreto
- 0.3 Ni pesas ni gimnasio: «Tengo 54 años y estoy mejor que muchos hombres de 30 gracias a este ejercicio»
- 1 Este es el deporte más completo para el desarrollo físico de los niños de 10 años
- 2 No todo es físico: el desarrollo intelectual y emocional en el balonmano
- 3 Por qué practicar deporte antes de los 10 años es la mejor manera de socializar y trabajar en equipo
La elección de un deporte para practicar en la infancia es uno de los pasos que nunca debemos saltarnos en la educación de nuestros hijos, ya que no sólo les ayuda a mejorar características como el equilibrio.
Aunque el fútbol y el baloncesto sean las opciones más populares, existe otro deporte que perfecciona la unión de los beneficios físicos y sociales en niños de hasta 10 años: el balonmano.
Para los padres, el balonmano es un deporte económico: no requiere grandes inversiones en equipo; basta con unas zapatillas y ropa cómoda. Pero sus beneficios van mucho más allá del ahorro.
El balonmano es la mejor opción para niños de hasta 10 años porque fortalece el cuerpo de una forma muy equilibrada. Se utilizan con similar intensidad brazos y piernas, por lo que se evitan descompensaciones físicas en una etapa tan importante.
Este es el deporte más completo para el desarrollo físico de los niños de 10 años
El balonmano es un deporte explosivo. Con una cancha más pequeña que la del fútbol y un abanico de acciones físicas más amplio que en el baloncesto, la intensidad física alcanzada es difícilmente igualable en cualquier otro deporte.
Correr, saltar, esquivar o lanzar el balón ayuda a quemar calorías a gran velocidad. Al mismo tiempo, fomenta el fortalecimiento paralelo de los músculos tanto en el tren superior como en el inferior, un rasgo muy importante en estas etapas del desarrollo físico.
La ida y vuelta constante en la cancha y el alto ritmo competitivo incentiva el aumento de la capacidad pulmonar de los niños y ayuda a mejorar su salud cardiovascular. Esto convierte al balonmano en un aliado para combatir los malos hábitos y la obesidad infantil.
Por otro lado, jugar al balonmano en edades tan tempranas puede servir para favorecer el crecimiento: los saltos y los estiramientos son importantes para la flexibilidad ósea y fomentan el aumento de la estatura de los niños.
No todo es físico: el desarrollo intelectual y emocional en el balonmano
Cuando apuntamos a nuestro hijo a un deporte no sólo buscamos su desarrollo físico, sino también su crecimiento intelectual y emocional. La táctica y la estrategia son dos aprendizajes clave en el balonmano.
La planificación de las jugadas, la toma de decisiones o la plasmación en el terreno de juego de las tácticas diseñadas por el entrenador son algunos de los estimulantes de la capacidad intelectual de los niños que juegan a balonmano.
El aumento de la coordinación, la concentración o la memoria no sólo son beneficiosos en los partidos, sino también en las aulas. La idea de que practicar un deporte obstaculiza el rendimiento escolar es errónea: compaginar ambas tareas no sólo es posible; también es recomendable.
Practicar deporte en la infancia es una herramienta que genera múltiples beneficios en el desarrollo social de los niños. Si apuntas a tus hijos a un deporte desde pequeños, de mayores te lo agradecerán.
El balonmano, por su fuerte componente social, implica la interacción constante entre compañeros y también con los jugadores rivales. En este fuerte vínculo comunicativo se aprende a resolver conflictos, respetar a los demás o acostumbrarse a llevar a cabo trabajo en equipo.
Siempre dentro de un ambiente sano, que los padres deben ocuparse de mantener, la exigencia del balonmano enseña a los niños a asumir responsabilidades, respetar las normas y aumentar la confianza en uno mismo.
