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Cumplir 60 no es simplemente sumar una cifra. Es una etapa en la que el cuerpo empieza a mandar señales claras: se pierde masa muscular, los reflejos ya no son los mismos y esa conexión entre cerebro y músculos empieza a ralentizarse. Lo que antes era automático, ahora cuesta un poco más.
Sin embargo, esto no significa que haya que rendirse. Hay actividades que no sólo frenan ese deterioro, sino que también mejoran la calidad de vida. Y, por si fuera poco, divierten.
Este es el deporte que deberían estar practicando los mayores de 60 años
Hacer ejercicio con regularidad pasada la barrera de los 60 marca una diferencia enorme. Mejora la salud física, mantiene el ánimo en forma y ayuda a prevenir enfermedades. Sin embargo, no todas las disciplinas encajan con esta franja de edad. Pero hay un deporte que destaca por encima del resto: el tenis de mesa.
El ping pong, ese juego que muchos asocian con partidas improvisadas entre amigos o con los recreos del colegio, resulta ser uno de los deportes más completos y seguros para las personas mayores.
Es fácil de entender: se juega sobre una mesa dividida por una red. Cada jugador, con su raqueta, golpea una pelota ligera con la intención de que bote en el campo contrario. El punto sigue mientras la bola se devuelva correctamente, pero se pierde en cuanto alguien falla el golpe o no consigue que toque la mesa del rival. Es un juego rápido, dinámico, y con reglas sencillas que cualquiera puede aprender en pocos minutos.
Beneficios de practicar este deporte a los 60 años
- Ayuda a mantener las articulaciones activas sin forzarlas: El tenis de mesa permite moverse con agilidad pero sin impacto. No hay saltos ni movimientos bruscos, lo que lo convierte en una opción segura para quienes ya no están para sobresaltos físicos.
- Mejora el equilibrio y la estabilidad corporal: Cada punto obliga a reajustar la postura, reaccionar rápido y mantenerse firme. Ese trabajo constante se traduce en mayor seguridad al caminar y moverse fuera del juego.
- Refuerza la conexión entre cuerpo y mente: Los reflejos se afinan, los gestos se vuelven más precisos y se recupera esa coordinación fina que el tiempo va desgastando.
- Estimula funciones cognitivas clave: El ping pong no es sólo físico. Exige concentración, planificación y toma de decisiones en tiempo real. Todo eso activa zonas del cerebro relacionadas con la memoria y el razonamiento.
- Reduce síntomas de enfermedades neurodegenerativas: En personas con párkinson, se ha observado una mejora en tareas cotidianas y una reducción de temblores tras practicarlo con frecuencia.
- Favorece el buen humor y combate el aislamiento: Es una excusa para quedar, para compartir momentos, para reírse y desconectar. Y eso también es salud.
- Contribuye al control del peso y mejora la forma física: Aunque parezca un juego tranquilo, una buena sesión hace sudar, eleva el ritmo cardíaco y ayuda a quemar calorías sin agotar el cuerpo.
¿Cómo jugar al tenis de mesa a los 60?
A los 60, la forma de jugar cambia. Ya no se trata de correr ni de devolver pelotas imposibles. Se trata de jugar con cabeza, técnica y estrategia. Por eso, lo importante no es la velocidad, sino el control: aprender a colocar bien la bola, a anticiparse al rival y a mover el cuerpo de forma eficiente.
El tenis de mesa no exige estar en plena forma, pero sí pide constancia. Antes de empezar conviene calentar un poco, y al terminar, estirar bien. Durante el juego, beber agua y disfrutar con cabeza. Si algo duele, se para. Así de simple.