Los médicos advierten a las personas que caminen descalzas por la playa este verano: no todo son ventajas

Los expertos advierten que, pese a sus beneficios, lo más recomendable es caminar por arena mojada y no por la seca

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Pareja caminando en la playa.

Con la llegada del verano, hay un ritual que se repite sin falta en las costas: quitarse las sandalias y andar por la orilla, sintiendo cómo la arena se escurre entre los dedos y cómo las olas rozan los tobillos. Esa mezcla de libertad y descanso es casi terapéutica. Caminar por la playa se ha convertido en el «deporte» no oficial del verano. Relaja, desconecta y es fácil de hacer.

No obstante, si bien parece una actividad inofensiva, tiene sus riesgos, sobre todo cuando se hace sin preparación previa o en condiciones poco recomendables. La clave está en saber cómo, cuándo y dónde hacerlo para evitar lesiones que pueden fastidiar las vacaciones.

Esta es la razón por la que no conviene caminar descalzo en la playa sin pensar

El doctor José Nebot, traumatólogo en los hospitales Vithas de Castellón, Valencia Consuelo y 9 de Octubre, explica que caminar descalzo sobre la arena puede volverse una trampa para los músculos y las articulaciones.

El motivo principal: el terreno es inestable, y eso obliga al cuerpo a corregir constantemente la postura. El resultado puede ser esguinces, lumbalgias o molestias en rodillas y caderas, sobre todo en personas sin una base física preparada.

Además, el esfuerzo que se hace para levantar los pies del suelo (especialmente en arena seca) requiere una activación mayor de la musculatura. «Hay un desgaste muscular importante y si no estás entrenado, el cansancio aparece enseguida», advierte el experto.

Otro factor que no se suele tener en cuenta es el calor. En las horas centrales del día, la arena puede alcanzar temperaturas que provocan quemaduras en las plantas de los pies. Lo mismo ocurre con los empeines, que están completamente expuestos al sol. Las quemaduras en esa zona son más habituales de lo que parece… y, lamentablemente, lentas de curar.

Tampoco es raro encontrarse con cristales, piedras afiladas o incluso colillas mal apagadas. Si el pie va desprotegido, el corte está asegurado. Y si hay alguna herida previa, la posibilidad de infección aumenta. La arena puede parecer limpia, pero no siempre lo está.

¿Cuándo es realmente bueno caminar descalzo por la playa?

A pesar de todo, caminar por la playa tiene beneficios. De hecho, muchos médicos lo recomiendan (con matices) como actividad de bajo impacto. El contacto directo con el agua y la arena estimula la circulación sanguínea y mejora el retorno venoso, lo que puede aliviar la sensación de hinchazón en los pies.

Además, la arena exfolia de forma natural la piel de las plantas. Otra alternativa interesante es caminar dentro del agua, a la altura de los tobillos o las rodillas. Si además se avanza contra la corriente, se activa el tono muscular y se consigue un efecto parecido al de un masaje drenante.

Eso sí, el entorno importa. Para personas mayores de 60 años o con problemas articulares o de espalda, lo recomendable es caminar por la zona de arena mojada, la que queda justo al borde de la orilla. Es más firme, menos inclinada y exige menos esfuerzo. En cambio, la arena seca (aunque parezca más blanda) implica un trabajo muscular mayor y más riesgo de torceduras.

Otros consejos para disfrutar de caminar en la playa

También es necesario tener en cuenta ciertos gestos simples que marcan la diferencia:

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