Adelgazar puede ser una de las tareas más difíciles, sobre todo, si no tenemos la conducta, la guía y los hábitos necesarios para responder a todo lo que requiere un plan de alimentación saludable. Entender que perder peso no sólo es algo estético, sino que es para un mejor bienestar y más salud, sin duda puede cambiar la forma en que afrontes el desafío y que tengas éxito, sea el tiempo que te lleve. Alimentarse de una forma consciente, aprender a combinar alimentos, y a alimentarse correctamente, es toda una hazaña si no se realiza con el acompañamiento de un profesional de la salud que pueda guiar el proceso, y que determine, por ejemplo, cuáles son las horas que debes correr para perder peso.
A la larga puede resultar muy complejo mantener el peso en el tiempo, y más, que vuelva una costumbre. Adelgazar debería ser una de las motivaciones para tener un mejor estilo de vida, más saludable, y que contribuya a una sensación de bienestar y plenitud. Sentirse bien con el cuerpo que se tiene, contribuir al máximo en sus cuidados, y preservarlo con pequeñas acciones que lo resguarden del paso del tiempo debería ser la premisa para entender que alimentarse mejor, hacer ejercicios todos los días, hidratarse adecuadamente y descansar son sólo algunas de las prácticas que nos llevan a una vida prolongada de disfrute y bienestar. No podemos elegir el cuerpo que queremos, pero sí amar y cuidar el que tenemos, para que podamos vivir lo suficiente, de una buena forma y rodeados de un mejor pasar.
¿Qué dice la ciencia?: Cuáles son las horas que debes correr para perder peso
Un reciente estudio científico denominado The diurnal patternn of moderate-to-vigorus physical activity an obesity: a cross sectional analysis, publicado en la revista Obesity, determinó que las personas que realizan ejercicio físico por la mañana pueden ser más propensas a tener un mejor Índice de Masa Corporal (IMC) y una circunferencia de cintura mejor que quienes lo hacen por la tarde o la noche.
Esto se podría deber a que las personas que realizan ejercicio físico por la mañana tienen una ingesta calórica más baja durante el día, y gastan pasivamente más energía durante el resto de la jornada, además del momento en el que hacen ejercicio. Y cuando hacen actividad física en ayunas por la mañana, gastan la grasa almacenada para obtener energía y no consumen la glucosa almacenada de los alimentos.
Si bien es importante contar con este tipo de estudios científicos, es fundamental que el ejercicio físico siempre esté presente en el día a día, ya que llevará no sólo a un mejor bienestar estético, sino también aportará a la salud y a los distintos procesos orgánicos que tienen lugar en nuestro cuerpo.
Hábitos para bajar de peso
Además de un entrenamiento adecuado, acompañado por un entrenador profesional, es fundamental incorporar una rutina de alimentación correcta para el objetivo que deseas con el fin de bajar peso de una forma sana y saludable, pero principalmente que tenga como premisa máxima la del aprendizaje y la educación.
Conocer cuál es la mejor manera de alimentarnos, qué procesos tienen lugar en nuestro metabolismo, cuál es la forma en la que podemos contribuir a su bienestar o a su cumplimiento, y aprender a comer de una forma adecuada debería ya ser parte de asignaturas escolares. La finalidad: que todas las personas puedan tener acceso a información que les ayude a tomar mejores decisiones en torno a su cuidado personal, y al de la salud en general.
En ese sentido, también es muy importante la hidratación, ya que nuestro cuerpo está compuesto en gran parte por agua, y la mayoría de los procesos que tienen lugar en él la requieren. Cuando sufrimos deshidratación no sólo puede comprometer la estabilidad física y mental de las personas, sino también puede causar severas afecciones que terminen traduciéndose en enfermedades a largo plazo. Es importante pautar alarmas, llevar siempre una botella a mano, y recordar a cada momento que hay que tomar agua.
Finalmente, el descanso también influye significativamente en el peso. Pues cuando no hacemos deporte y llevamos una vida sedentaria, con hábitos poco saludables, sin respetar las necesidades de cuidado que tiene nuestra salud, entonces puede ser muy peligroso para la integridad física.
En ese sentido, el estudio La mala calidad de sueño es factor promotor de obesidad determinó que existe una «posible relación entre poco sueño y obesidad puede explicarse desde varias aproximaciones: por ejemplo el trabajo nocturno también promueve reducción de la cantidad y calidad del sueño junto con aumento de actividad por la noche. En ellos se ha concluido mayor prevalencia de sobrepeso y obesidad que en la población general, con alta predisposición a enfermedades metabólicas, entre otras».