Este es el mejor equipamiento para personas mayores de 65 años con movilidad reducida, según los expertos

Esta herramienta es ligera, accesible y permite hacer ejercicio en cualquier rincón de casa

Hombre, deporte, actividad

Hombre con ropa de deporte.

A los 65 años el cuerpo empieza a pasar factura. Las articulaciones ya no responden igual, los músculos pierden fuerza y hasta el equilibrio se convierte en algo que hay que vigilar. Todo eso es gracias a la edad, pero no es una excusa para quedarse con los brazos cruzados.

Sentarse y ver cómo pasan las horas del día sin moverse sólo acelera el deterioro. Hay que entrenar, pero bien, no basta con un paseo lento de media hora. El cuerpo necesita un estímulo real para mantenerse fuerte, y lo bueno es que no hace falta un gimnasio ni máquinas sofisticadas. Hay una herramienta en concreto que está ganando terreno entre fisioterapeutas y expertos en ejercicio para mayores: las bandas de resistencia.

El mejor equipamiento para mayores de 65 con movilidad reducida

Las bandas de resistencia se han convertido en una herramienta muy positiva para los mayores de 65 años que buscan mantenerse activos desde casa. Son una opción ideal que no ocupa espacio, no pesa y permite trabajar fuerza, equilibrio y movilidad sin poner en riesgo las articulaciones.

Este tipo de bandas (normalmente de goma, con o sin asas) permite ajustar la intensidad del ejercicio al nivel de cada persona. No hacen falta movimientos rápidos ni bruscos, pues con una rutina bien planteada, el trabajo muscular es efectivo.

Ayudan a prevenir la pérdida de masa muscular que llega con la edad, mejoran la postura y reducen el riesgo de caídas. Además, son ideales para quienes tienen limitaciones de movilidad o problemas en las articulaciones.

Se pueden usar tanto sentado como de pie, trabajando piernas, brazos, espalda y abdomen y todo esto sin salir del salón.

¿Cómo deben usar las bandas de resistencia los mayores de 65 años?

Siempre hay que empezar con bandas de resistencia ligeras. Lo importante es mantener una buena técnica y respetar los límites del cuerpo.

Entre los ejercicios más recomendados están:

Todos ellos ayudan a ganar fuerza, pero también a mejorar la estabilidad, algo clave en esta etapa de la vida.

No obstante, es fundamental consultar con el médico antes de empezar, sobre todo si hay alguna patología previa. También hay que escuchar al cuerpo, si aparece dolor, hay que parar.

El secreto está en la constancia. No hace falta entrenar una hora diaria, con dedicar 15 o 20 minutos, tres veces por semana, se notan los resultados. Más energía, más seguridad al moverse, mejor descanso… En definitiva, una calidad de vida mucho más alta.

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