Se sabe que el deporte es uno de los mejores aliados para combatir el envejecimiento. No sólo mejora la forma física, también protege el corazón, alivia el estrés y mantiene el cerebro despierto. Pero claro, la manera en que lo practicas marca la diferencia.
Lo normal es subirse a la máquina y andar hacia delante. Sin embargo, varios expertos están diciendo justo lo contrario, que caminar al revés puede tener beneficios aún más profundos, sobre todo para quienes sufren molestias en la zona lumbar o buscan mejorar su rendimiento físico.
Estos son los beneficios de caminar al revés en la cinta, según expertos
El profesor Jack McNamara, especialista en ciencias del ejercicio clínico en la Universidad de East London, explica que caminar hacia atrás obliga a hacer pasos más cortos y controlados, lo que activa de forma distinta los músculos de las piernas y reduce la presión sobre las articulaciones. Eso se traduce en mayor resistencia muscular en la parte inferior del cuerpo y, con el tiempo, en una mejora del equilibrio y de la estabilidad al caminar.
Por otro lado, el estudio Lumbar Muscle Activation Pattern During Forward and Backward Walking realizado en India por el equipo de Bushra Ansari, confirma con datos lo que ya se intuía en el mundo clínico. Al analizar la actividad muscular de 42 personas (mitad con dolor lumbar crónico, mitad sin él), comprobaron que caminar hacia atrás activa con mucha más intensidad los músculos profundos de la espalda (en concreto, el multífido y el erector espinal) que hacerlo hacia delante.
Lo relevante aquí es que esta activación ocurre tanto en personas sanas como en quienes ya tienen molestias crónicas. Es decir, no se trata sólo de una técnica de rehabilitación, también es preventiva.
Asimismo, los investigadores destacan otro punto interesante, al no tener referencias visuales hacia dónde se va, caminar hacia atrás obliga al cerebro a adaptarse, lo que mejora la coordinación y la respuesta postural. El propio McNamara ha dicho que incluso se están utilizando estas rutinas en pacientes con afecciones neurológicas, ya que estimulan capacidades como la memoria, la toma de decisiones o el tiempo de reacción.
Y si hablamos de quemar calorías, el retroceso también tiene ventaja, según un estudio publicado en International Journal of Sports Medicine, el gasto energético aumenta un 39 % respecto a la caminata tradicional, a igualdad de velocidad. Más trabajo en menos tiempo.
Cómo empezar a caminar en la cinta al revés
No se trata de subirse a la cinta y girarse como si nada. Para hacerlo de forma segura, empieza lento. Colócate mirando hacia la parte trasera de la máquina, agárrate bien a los pasamanos y activa el clip de seguridad. Empieza a caminar a 1–1.5 km/h, sin prisas, con pasos grandes y firmes.
No hay que mirar constantemente hacia atrás. Mantén la cabeza y el pecho erguidos y concéntrate en alargar el dedo gordo del pie en cada paso, dejando que el pie ruede desde la punta hasta el talón.
A medida que ganes confianza, puedes alargar el tiempo (10, 15 o 20 minutos diarios) y, más adelante, añadir un poco de inclinación para trabajar más glúteos y piernas. Lo importante es que lo integres en tu rutina sin prisa, como una herramienta más para cuidar tu cuerpo, fortalecer la espalda y trabajar la movilidad de una forma diferente.