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DEBATE

Zara responde a la polémica de sus fotos con certificados médicos de sus modelos

La moda ha sido criticada por promover estándares de belleza poco saludables

Zara ha tenido que retirar imágenes tras una queja por mostrar modelos con una delgadez considerada exagerada

La marca asegura que las modelos estaban sanas

Durante décadas, los cuerpos de las modelos han sido objeto de escrutinio, críticas y debates sobre salud, estética y responsabilidad social. La industria de la moda, tradicionalmente dominada por estándares extremadamente delgados, ha influido fuertemente en los ideales de belleza que muchas mujeres (y también hombres) han interiorizado como norma. Este fenómeno, que se remonta al auge del heroin chic en los años 90 y la infame «talla 0» de los 2000, ha sido ampliamente cuestionado por promover cánones inalcanzables y potencialmente peligrosos para la salud física y mental.

En respuesta a las crecientes críticas y la presión social, varios sectores de la moda comenzaron, con el paso de los años, a adoptar medidas para fomentar una representación más saludable y diversa. Un ejemplo destacado fue la Semana de la Moda de Madrid, que en 2006 estableció un requisito mínimo de peso y estatura para las modelos, lo que provocó la exclusión del 30 % de las participantes del año anterior. Estas decisiones marcaron un antes y un después, abriendo la puerta a un cambio de paradigma que apuesta por la diversidad corporal.

Marta Ortega en una convención. (Foto: Gtres)

En esa línea, marcas como Zara han tratado de mostrar un mayor compromiso con la inclusión al contar con modelos como Jill Kortleve, Ceval Omar o Paloma Elsesser en sus catálogos, mujeres reconocidas por representar diferentes tipos de cuerpos dentro del mundo de la moda. Sin embargo, este esfuerzo ha sido puesto en duda recientemente tras un caso que ha generado controversia en Reino Unido.

La Autoridad de Normas Publicitarias británica (ASA) recibió una queja sobre varias imágenes publicadas por Zara en su página web, en las que aparecían modelos que, según la denunciante, presentaban una delgadez «poco saludable». El organismo investigó el caso y dictaminó que dos de los cuatro anuncios denunciados infringían la norma de responsabilidad social del Código CAP, al presentar una delgadez exagerada.

Una modelo de Zara. (Foto: Inditex)

Uno de los elementos que más llamó la atención de la ASA fue la prominencia de las clavículas de las modelos, potenciada por la pose y el tipo de ropa utilizada. En una imagen, una camisa escotada centraba la atención visual en el pecho y el cuello, haciendo que la clavícula de la modelo pareciera recorrer toda la línea de la prenda. La elección de una camisa holgada y la posición de los brazos contribuían a acentuar la percepción de una figura extremadamente delgada.

En otra fotografía retirada, la modelo posaba de pie, con los brazos a los costados, el cabello recogido y sombras sobre las piernas que las hacían parecer aún más delgadas. Según la ASA, todos estos elementos -pose, vestimenta, iluminación- contribuían a generar una imagen que transmitía una delgadez excesiva, incluso aunque la modelo en cuestión gozara de buena salud.

Una modelo de Zara. (Foto: Inditex)

La reacción de Zara ante esta resolución ha sido retirar inmediatamente las imágenes señaladas por la ASA, incluyendo incluso aquellas que el organismo no consideró infractoras. La empresa ha asegurado haber cumplido con las recomendaciones de la Comisión de Salud de Modelos del Reino Unido, concretamente con la Recomendación Tres del informe Fashioning a Healthy Future, que exige que las modelos presenten un certificado médico emitido por especialistas en trastornos alimentarios. Zara ha afirmado que ambas modelos involucradas contaban con este certificado médico y negó haber recibido quejas directas por parte de sus clientes. Además, aseguró que las imágenes no habían sido alteradas digitalmente más allá de mínimos ajustes de iluminación y color.

Este caso pone de manifiesto una tensión persistente dentro de la industria de la moda: el esfuerzo por avanzar hacia una representación más diversa y responsable, enfrentado con los resabios de un ideal de belleza tradicional que sigue estando profundamente arraigado. Si bien marcas como Zara han dado pasos hacia una mayor inclusión, aún queda un largo camino por recorrer para que la salud y la diversidad sean la norma y no la excepción.

Una modelo de Zara. (Foto: Inditex)

Más allá de las decisiones comerciales y las regulaciones externas, esta polémica evidencia la necesidad de un cambio cultural más profundo. Las marcas, las agencias de publicidad y los consumidores tienen un papel clave en la construcción de un nuevo estándar de belleza, uno que abrace la pluralidad de cuerpos sin caer en extremos ni en estereotipos dañinos. La moda, como reflejo de la sociedad, no solo viste cuerpos: también proyecta valores, aspiraciones y discursos que pueden contribuir -o perjudicar- la salud colectiva.

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