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Tras su espectáculo en La Habana, Karl Lagerfeld ha regresado a su ciudad favorita para hacer soñar a la industria. El magnate de la moda ha convertido el Grand Palais de París en el escenario ideal de las maravillas de la antigua Grecia para la presentación de la colección Crucero 2018 de Chanel. Entre columnas y olivos, las sandalias espartanas hasta las rodillas en fuertes colores (como naranja, azul y rosa), los vestidos inmaculados, los brazaletes dorados, las túnicas, las tiaras, los turbantes y los mitones han sido alguna de las delicadas piezas elegidas para representar la belleza tradicional de la cultura clásica trasladada hasta el momento actual.
La colección bautizada bajo el nombre ‘La modernidad de la Antigüedad’ refleja la «Grecia ideal» de Karl Lagerfeld. «Para mí es como el origen de la belleza, de la cultura, donde hay una formidable libertad de cuerpos que hoy en día ha desaparecido», señaló el diseñador sobre la colección en un comunicado. En la pasarela improvisada del museo parisino, han cobrado especial importancia los complementos y los detalles en forma de prints étnicos y florales, gargantillas choker, lentejuelas, pedrería, asimetrías, collares en su versión maxi y broches que caracterizaban a las modelos como auténticas diosas griegas. El look beauty de las maniquíes no podía ser más acertado, con semirecogidos en cintas, tiaras y hojas de laurel.
En la colección también ha habido un espacio privilegiado para la presentación de la imagen renovada del icónico traje en tweed de la maison francesa, con una estética mucho más moderna y toques étnicos, en el que los flecos acaparan parte del protagonismo.
Además de los cientos de clientes y periodistas que no quisieron perderse el pase, entre los asistentes al espectáculo se encontraban celebs de todo el mundo, como el cineasta Pedro Almodóvar, la actriz Adriana Ugarte o la intérprete británica Keira Knightley.