Actualidad

'LA REVUELTA'

La novatada de Jorge de Frutos en la Selección Española: "Me hicieron…"

Jorge de Frutos, futbolista del Rayo Vallecano, contó en 'La Revuelta' su sorprendente trayectoria

Sin haber pasado por canteras ni academias, comenzó a jugar profesionalmente a los 18 años

Jorge es uno de los máximos goleadores españoles de la temporada y una de las revelaciones de LaLiga

  • Marta Menéndez
  • Televisión, moda y corazón. Periodista de vocación y comunicadora de formación, me he movido entre estudios de radio, redacciones digitales y bastidores de redes sociales. He narrado la actualidad en la 'Cadena SER', seguido la pista a las nuevas tendencias en 'El Independiente' y escrito sobre lifestyle y empresas en la 'Revista Capital'. En 'Diez Minutos', combiné redacción y estrategia digital como Community Manager. Ahora escribo en LOOK, donde cubro actualidad televisiva, moda, celebrities y realeza.
    • Actualizado:

Jorge de Frutos no es un futbolista al uso. Su historia, contada con naturalidad y humor en su paso por La Revuelta, parece sacada de una película sobre la superación y el destino. En el programa, el jugador del Rayo Vallecano repasó su trayectoria con esa mezcla de timidez y desparpajo que lo caracteriza, recordando cómo pasó de jugar en el frontón de su diminuto pueblo segoviano a convertirse en uno de los máximos goleadores españoles de la temporada y, más recientemente, en internacional con la selección.

Navares de Enmedio, su pueblo natal, apenas alcanza los 90 habitantes. Allí, entre los montes de Segovia y el silencio de la vida rural, Jorge creció alejado de cualquier estructura deportiva. «Jugábamos en el frontón, con dos piedras por porterías», contó entre risas. No había campos, ni entrenadores, ni categorías inferiores; solo ganas de divertirse y la compañía de su hermano y unos pocos amigos. «Éramos cinco en total, no había más chavales a los que les gustara el fútbol», explicó. Quizá por eso, esa infancia libre de normas tácticas le dio una ventaja: aprendió a moverse por todo el campo, a improvisar y a disfrutar del juego por instinto.

Su familia, dedicada primero a la ganadería y después a la agricultura, terminó regentando el bar del pueblo. Nadie imaginaba que aquel niño que chutaba pelotas contra una pared acabaría siendo futbolista profesional. El punto de inflexión llegó cuando el padre de un amigo lo animó a probar suerte en Madrid. A los 18 años, Jorge aceptó el reto y viajó a la capital sin grandes expectativas. Pero el destino tenía otros planes: el Rayo Majadahonda le abrió las puertas, y tres temporadas después, el Real Madrid Castilla lo incorporó a su plantilla. Tras pasar por Valladolid y Rayo Vallecano en calidad de cedido, su salto definitivo llegó en el Levante, donde se consolidó como un jugador desequilibrante, con velocidad, intensidad y carácter. Hoy, en su tercera temporada en el Rayo Vallecano, es una de las piezas más importantes del equipo. Lleva cuatro goles en ocho jornadas y comparte el honor de ser uno de los máximos anotadores españoles del campeonato.

En La Revuelta, el futbolista también habló de su apodo dentro del vestuario, un detalle que muestra el ambiente familiar del equipo: «Dicen que me parezco a Hasbulla», confesó divertido. Pero más allá de las bromas, su gran momento deportivo lo ha llevado a cumplir uno de sus sueños: ser convocado por primera vez con la selección española. Antes de debutar frente a Bulgaria, tuvo que pasar por el clásico ritual que todo recién llegado enfrenta: la novatada del canto. Subido a una silla, eligió interpretar Como Camarón, de Estopa. «Ya la canté una vez en el Levante y fue un desastre, pero esta vez salió un poco mejor», bromeó ante las cámaras.

El jugador también mostró su faceta más personal durante la entrevista. Padre de un niño de tres años, confesó que intenta mantener una educación sencilla y cercana. «No queremos que vea mucho la tele ni la tablet. Preferimos hablar con él y que imagine cosas», explicó. Una filosofía coherente con su manera de ver la vida, alejada de la ostentación y muy marcada por sus raíces rurales. «Mis amigos del pueblo se están independizando ahora; vamos a ritmos distintos, pero seguimos siendo los mismos de siempre», dijo con una sonrisa.

En La Revuelta dejó claro que detrás del futbolista hay un tipo tranquilo, trabajador y con los pies en el suelo. De Frutos no olvida de dónde viene, ni se deja llevar por los focos. Su historia, nacida entre paredes de frontón y tardes de campo, es una de esas raras excepciones en el fútbol actual: la de alguien que alcanzó la élite sin manuales, sin academias y sin más brújula que la pasión por el balón.

Lo último en Actualidad

Últimas noticias