Marc Cucurella se rompe y habla como nunca antes de su hijo con autismo: "No sé cómo ayudarlo"
Marc Cucurella ha hablado por primera vez sobre su hijo Mateo, diagnosticado con autismo
El futbolista destaca la importancia de la rutina, la empatía y la inclusión de su hijo
Mateo es el hijo mayor de los tres que Cucurella tiene junto a su esposa Claudia Rodríguez
Marc Cucurella no es el típico futbolista que se deja llevar únicamente por la adrenalina de los goles o la tensión de los partidos. Su melena rizada y su carácter cercano llaman la atención en cualquier terreno de juego, pero lo que realmente distingue al lateral del Chelsea y de la selección española es su capacidad de mostrar humanidad, incluso frente a asuntos mucho más personales que un resultado deportivo. Más allá de la habilidad y la firmeza que despliega en el campo, Cucurella ha decidido abrir una ventana hacia su vida familiar, algo que rara vez hace, para hablar del desafío y la alegría de criar a un hijo con autismo.
Su hijo Mateo, el mayor de los tres que tiene junto a su esposa Claudia Rodríguez, fue diagnosticado con autismo cuando era pequeño. Marc y Claudia notaron desde temprano ciertas diferencias: Mateo no respondía al contacto visual, apenas hablaba y encontraba difícil adaptarse a entornos nuevos. La llegada de la pandemia complicó aún más la situación, ya que el confinamiento limitó sus interacciones con otros niños. A pesar de las dificultades, la pareja decidió buscar un entorno especializado donde Mateo pudiera desarrollarse plenamente. Hoy, gracias a esa decisión, Mateo recibe la atención y acompañamiento que necesita, y sus pequeños logros se celebran con la misma intensidad que un gol en Stamford Bridge.
La oportunidad de hablar sobre Mateo llega de manera especial, a través de Pau Brunet, un joven creador de contenido con autismo de alto funcionamiento que utiliza su canal para visibilizar esta condición. La entrevista no solo muestra la faceta más sensible de Cucurella, sino también la empatía y comprensión de Pau, capaz de formular preguntas con un nivel de sensibilidad poco habitual para alguien de su edad: desde el trato de los niños autistas en el colegio hasta la importancia de adaptaciones concretas para su inclusión. El encuentro ha sido un ejercicio de autenticidad y respeto mutuo que rompe con la idea de que la fortaleza del futbolista solo se mide en el campo.
Durante la conversación, Cucurella se emociona al relatar cómo la vida cotidiana con Mateo implica aprender a adaptarse a sus necesidades y celebrar los pequeños logros. Las rutinas se convierten en anclas: salir a comprar la merienda después de la escuela, juegos que fomentan la comunicación y la paciencia, y la ayuda de sus hermanos mayores, quienes cantan y acompañan al pequeño cuando se siente frustrado. Marc subraya que no se trata de sobreproteger, sino de ofrecer estabilidad y cariño en un mundo que a veces puede ser incomprensible para Mateo. Al mismo tiempo, reivindica mejoras en la educación pública, donde muchos niños con necesidades especiales carecen de los recursos adecuados: «No solo es entenderlos, es ayudar y adaptarlos. Cuando lo veo mal, me hace sufrir porque no sé cómo ayudarlo, pero cuando consigue algo, por pequeño que sea, la satisfacción es enorme», asegura.