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La historia de la nueva ministra

La historia de amor y superación que se esconde detrás de Magdalena Valerio, la nueva ministra de Trabajo

La vida de los elegidos por Pedro Sánchez para componer Gobierno

Justo tres años después de que Magdalena Valerio recibiera la peor de las noticias, el destino le ha devuelto lo que amenazó con robarle: la alegría. Acababa de comenzar el verano de 2015 cuando un doctor le diagnosticó lo que ella ya predecía: tenía cáncer de mama y había que operar. De aquel mazazo tardó en recuperarse, pero ahora, tres veranos después, afronta un nuevo reto, en este caso de menor envergadura, con el que se cumple el que siempre fue su deseo a nivel profesional desde que comenzase a despuntar entre las filas del PSOE. La extremeña acaba de ser nombrada ministra de Trabajo por el presidente del Gobierno Pedro Sánchez y su designación es la evidencia más rotunda de que está completamente recuperada. Una recuperación que llegó en el verano de 2016 y de la que salió habiendo aprendido una gran lección.

La enfermedad de Valerio nunca ha sido un tema tabú para ella ni para su entorno. Se convirtió en miembro de la Asociación Española contra el Cáncer y con su testimonio ayudó a otras mujeres enfermas quizá más hundidas de lo que un día estuvo ella. “Yo no eché ni una sola lágrima cuando me dieron el diagnóstico y tampoco con el tratamiento que recibí tras la operación. Sin embargo, sí me ha emocionado la lucha y la entrega de toda mi familia, Mi madre, que es muy mayor, mi hija que se vino a vivir otra vez conmigo, mi novio Lorenzo…”, decía la socialista en una entrevista concedida en 2016 a la emisora Onda Cero. Sus palabras eran rotundas, eran pronunciadas con vehemencia, hasta que ese recuerdo a su pareja le hizo quebrarse. No era para menos, al otro lado de las ondas estaba sentado él, Lorenzo Díaz, periodista y viejo conocido de la prensa rosa por su matrimonio con la también periodista Concha García Campoy, con la que tuvo dos hijos.

“Ya vale, que no estás en el Congreso”, le decía Díaz a su chica a sabiendas de que él también estaba al borde del llanto. “Tu comportamiento ha sido dignísimo y estamos todos orgullosísimos de ti”, terminaba diciendo él haciendo aún más emotiva su conversación.

Lorenzo Díaz junto a sus hijos, Asunción y Lorenzo, y su excuñada Asunción García Campoy durante un homenaje a la fallecida Concha García Campoy/ Gtres

El recuerdo de Concha García Campoy

La enfermedad de la actual ministra de Trabajo llegó solo apenas dos años después de que su pareja tuviera que hacer frente a una terrible pérdida. La madre de sus hijos, Lorenzo y Berta, fallecía por leucemia y dejaba a todos sumidos en una gran tristeza. “Otra vez el maldito cáncer”, debió pensar Lorenzo cuando en 2015 un doctor le diagnosticaba cáncer de mama a su novia.

Sin embargo, en su caso, la enfermedad tuvo un final feliz. Magdalena superaba el cáncer en 2016 y lo hacía sacando esa lección positiva que la mayoría de los enfermos sacan cuando se saben sanos. “Hay que aprender a valorar las pequeñas cosas. El cáncer me enseñó que la vida te da un vuelco de la noche a la mañana, que somos muy vulnerables y que lo más importante son la familia y los amigos”, ha confesado la política socialista.

Ahora, aunque en otros términos, su vida ha vuelto a dar ese vuelco del que ella hablaba. Ha sido nombrada Ministra de Pedro Sánchez y la aventura acaba de empezar. Agallas no le faltan.

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