Los dramas que han rodeado la vida de Estefanía de Mónaco más allá de la maldición Grimaldi
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El último disgusto de Estefanía de Mónaco
Según cuenta la leyenda, Rainiero I se dedicó a violar a varias mujeres a su antojo durante su reinado. Motivo más que suficiente para que una de ellas le echase una maldición que parece haberse cumplido hasta día de hoy. “Los Grimaldi nunca encontrarán el amor en el matrimonio”, una frase que explicaría los continuos desamores que han protagonizado cada miembro de la Familia Real monegasca.
Mientras Carlota terminó su matrimonio con Pedro de Polignac 13 años después de haberse dado el ‘sí, quiero’ por una presunta homosexualidad de él, Rainiero tampoco tuvo suerte en el amor con Grace Kelly, quien falleció trágicamente en 1982. Además de que Antoinette pasó por tres matrimonios fallidos, Carolina y Estefanía de Mónaco tampoco triunfaron en el plano sentimental. La primogénita de Rainiero III y Grace de Mónaco acumula tres desamores -dos con Philippe Junot y uno con Ernesto de Hannover- y, por su parte, Estefanía tampoco ha tenido suerte después de dos enlaces -el primero con Daniel Ducruet y después con Adans Peres-. Sin embargo, dejando de lado la maldición Grimaldi, la hija menor de los príncipes ha ido acumulando a lo largo de los años varios dramas que quedarán para siempre en su memoria.
Un reciente asesinato
El último data de apenas unos días, cuando Mario Oliver, el que fuera pareja de Estefanía de Mónaco, fue hallado sin vida en el interior de su casa de República Dominicana tras un robo con violencia en su vivienda. “Fue encontrado con un claro traumatismo craneoencefálico y marcas de estrangulamiento y compresión en el cuello”, apuntaron los medios locales. El empresario francés y la hermana de Alberto de Mónaco protagonizaron un sonado romance a finales de los años 80 que acabó un año y medio después. Unas imágenes en un yate de Mallorca inundaron las revistas pues, tan pasional fue la relación, que incluso ella se llegó a tatuar el nombre de su novio en el glúteo.
La princesa más humillada
Con 28 años, ‘la princesa rebelde’ se enamoró de Daniel Ducruet tanto que llegó a pasar por el altar de su mano para jurarse amor eterno. Lo que ni ella ni nadie se esperaba es que no tardaría en convertirse en la princesa más humillada de Europa. Poco tiempo después de darse el ‘sí, quiero’, salieron a la luz unas imágenes del ex guardaespaldas teniendo sexo con una stripper, imágenes que llevaron a Estefanía de Mónaco a iniciar los trámites de divorcio de forma inmediata. En ese momento, Reiniero III decidió que su hija se instalase de nuevo en la residencia oficial de los Grimaldi, echando a Ducruet del principado.
La culpabilidad de la muerte de Grace Kelly
Pero sin duda, uno de los dramas más dolorosos en la vida de Estefanía de Mónaco fue el fallecimiento de su madre y el calvario que tuvo que atravesar para probar su inocencia. El 13 de septiembre de 1982, la actriz y su hija pusieron rumbo a Mónaco desde Roc Agel con el objetivo de prepararse para el comienzo del curso escolar. Pero todo cambió en la carretera cercana a La Turbie, cuando la Princesa Consorte no pudo controlar los frenos del vehículo y colisionó con un muro de contención, precipitándose por un barranco que acabó con su vida.
Desde ese momento, comenzaron las conjeturas que situaron a su hija Estefanía en el centro de la culpabilidad con tres hechos a destacar. El primero estuvo relacionado con los frenos, pues los inspectores que mandó Land Rover para analizar el coche aseguraron que el vehículo estaba en buen estado. En segundo lugar, un hecho que nunca se pudo comprobar, situó la causa del accidente en una discusión entre madre e hija. Según los medios de comunicación, Estefanía quería casarse con Paul Belmondo, mientras que Grace pensaba que no era buena idea. Y por último el relato de un testigo, Sesto Lequio, quien afirmó que era Estefanía la que conducía, pues la vio salir del vehículo por el lado izquierdo, algo que finalmente se pudo comprobar que no era cierto.
Y es que, aunque han pasado 40 años de la tragedia, Estefanía de Mónaco sigue teniendo que demostrar su inocencia: “No era fácil para el mundo aceptar que ella podía hacer algo tan humano como tener un accidente de coche. Pensaron que yo debí haberlo causado porque mi madre era demasiado perfecta para hacer algo así. Después de un tiempo, no puedes evitar sentirte culpable”.