Anna Ferrer Padilla, el gran filón por explotar de la familia

La hija de Paz Padilla se ha convertido en un tesoro para ella y no solo por el estrecho vínculo que les une sino también en números. Anna Ferrer Padilla ha entrado como un ciclón en la esfera de las redes sociales y de un tiempo a esta parte ha incrementado su masa social hasta convertirse en una aspirante a influencer estrella. Todavía lejos de los registros y ganancia de las que disfrutan en la red las María Pombo, Mery Turiel o Rocío Osorno, la joven está dando sus primeros pasos y lo cierto es que no pueden ser más prometedores. Las marcas están empezando a darse cuentas de que tienen delante a un filón comercial en ciernes que bien podría garantizar el futuro de la familia.

Para quien no conozca demasiado sobre ella, Anna Ferrer forma parte de esa nueva hornada de jóvenes hijos de personajes públicos que tienen mucho que decir. Nacida en 1997, fruto del extinto matrimonio entre Paz Padilla y Albert Ferrer, con tan solo 23 añitos ya tiene claro que su futuro profesional va a estar ligado a la actividad empresarial. Claro que a nadie le amarga un dulce y que las redes sociales se conviertan en fuente de ingresos es algo realmente apetecible. De Anna empezamos a hablar con fuerza a partir del año 2018, cuando solicitó y consiguió una beca Erasmus para cursar tercero de carrera en Londres. Un año de experiencia en el Reino Unido para empezar a hacer currículum. En 2019, la joven se graduó en Economía en la Universidad Carlos III de Madrid. Después vendrían las prácticas como becaria en Mediaset, donde coincidió con su madre pero donde no consiguió quedarse contratada.

Para analizar el comportamiento en redes sociales de la hija de Paz Padilla nos hemos servido de un informe elaborado por Personality Media, multinacional española líder en el análisis de imagen de personajes públicos. El estudio abarca la actividad de Anna Ferrer desde enero hasta septiembre de 2020. El ratio de seguidores/seguidos se inclina notablemente hacia el primer grupo: 580.000 / 1.170. Lo primero que llama la atención es que estamos ante un perfil muy activo, ya que en este lapso de tiempo ha posteado más de 150 veces (152). En cuanto a sus preferencias de contenido, Anna postea más fotos (130) que vídeos (22). Cada vez que publica, logra una media general de 76.116 interacciones. Su engagement (grado en el que un consumidor interactúa con la cuenta) es del 13,05%. En la consultoría lo tienen claro: «Estamos hablando de un engagement alto, lo que hace que se trate de un perfil muy bueno, sin duda alguna, teniendo en cuenta la media de engagements con los que solemos trabajar».

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Una vez visto el impacto social, llega el turno de ver cómo se comporta Anna Ferrer respecto a la publicidad. Puede que esta sea su asignatura pendiente ya que en este último tiempo ha hecho campañas digitales con diversas marcas, aún es un perfil que no está saturado de publicidad, puesto que de sus 152 posteos, sólo en 29 de ellos, nombra a una marca (19%). Los posteos publicitarios reúnen una media de interacciones más alta que la media total de sus publicaciones: 112.216 interacciones. (Un 20% de engagement). La joven suele mencionar a marcas relacionadas a moda y belleza, algunas conocidas y otras no tanto, entre las que se incluyen: Bershka, Zara, Lancaster Beauty, Druni y Aussie

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¿Se podría convertir en la influencer de la próxima década? Desde Personality Media nos apuntan una conclusión que da pie a pensarlo, al mismo tiempo que también tienen claro su proyección comercial: «Anna Ferrer Padilla es un perfil muy interesante y muy bueno: Casi medio millón de seguidores, buen número de interacciones logradas, un engagement alto y una saturación publicitaria baja, donde además, sólo se limita a la moda y a la belleza, con lo que otras categorías podrían sumarse y ser la novedad». Paz Padilla puede estar tranquila.