Se queda trabajando en Madrid y reaparecerá ante el Sevilla

La victoria de San Siro da un respiro a Sergio Ramos

Sergio Ramos está en el tramo final de su recuperación, ya toca balón y hubiera forzado para jugar en Ucrania si el Real Madrid no hubiera ganado en San Siro

Los de Zidane se miden al Shakhtar Donetsk y si consiguen la victoria sellarán su clasificación para los octavos de final

Sergio Ramos no viajará con el Real Madrid a Ucrania, por lo que se zanja el debate que le rondaba la cabeza desde que había comenzado a tocar balón y sentirse bien. Estar ante el Shakhtar Donetsk en la quinta jornada de la fase de grupos de la Champions o terminar de recuperarse, no forzar lo más mínimo y reaparecer frente al Sevilla el próximo sábado en el Ramón Sánchez Pizjuán. La victoria del Real Madrid en San Siro ha dado un respiro a Ramos, que no tendrá que arriesgar y reaparecerá en el Pizjuán.

La realidad es que si el Real Madrid no hubiese ganado el pasado miércoles al Inter en Milán y el duelo que se disputará en Kiev tuviese el calificativo de final por estar en octavos de final de la máxima competición europea, Sergio Ramos no habría tenido dudas. Ya está bien, toca balón y, aunque puede estar mejor, no iba a dejar solos a sus compañeros en Ucrania. Pero como los de Zidane dieron la talla frente al Inter y están a tres puntos de lograr el pase a la siguiente ronda, tanto Zizou como el capitán han decidido de mutuo acuerdo que se reserve para estar a tope ante el Sevilla en un encuentro que se antoja muy complicado para los madridistas.

Desde que se conoció que Sergio Ramos sufría una lesión en el bíceps femoral de la pierna derecha que le tendría unos 10 días de baja y el madridismo respiraba, ya que muchos se temieron lo peor al verle pedir el cambio en el encuentro que midió a España y Alemania en La Cartuja, su objetivo era poder llegar al duelo ante el Sevilla, aunque quería estar listo antes por si tenía que ayudar a sus compañeros ante el Shakhtar Donetsk. Pero la victoria de San Siro ha ayudado a que no fuerce.

La realidad es que Sergio Ramos podría jugar contra los ucranianos si fuese estrictamente necesario, pero con la situación de tranquilidad que viven los blancos en la Champions parece que entre Zidane, los médicos del Real Madrid y el capitán han optado por descansar para llegar en el mejor estado de forma al compromiso liguero ante el Sevilla. Además, de sobra es conocido lo poco que le gusta al entrenador francés forzar con sus futbolistas y menos con el calendario tan apretado que los madridistas tienen por delante.

De renovación a renovación

Sergio Ramos está pendiente de dos renovaciones que se deberían solucionar para bien o para mal este mes. La primera, la más importante y la que tiene en jaque al madridismo es su ampliación de contrato con el Real Madrid. El capitán finaliza su vinculación con la entidad madridista el próximo 30 de junio, pero a partir del 1 de enero será libre para fichar por el equipo que quiera y, encima, se iría a coste cero. Algo que la entidad presidida por Florentino Pérez no se quiere ni imaginar.

La renovación será una cosa de Florentino, el presidente, y de Sergio, el capitán. Ellos llevan tiempo teniendo claro que se tienen que sentar antes o después para llegar a un acuerdo que quieren alcanzar ambas partes. El principal obstáculo en estos momentos son los años que ofrece el club y los que pide el jugador. Unos son partidarios de presentarle un año más otro opcional, dependiendo de su rendimiento, a un jugador de 34 años, mientras que el central quiere, como mínimo, dos temporadas seguras. No obstante, todo hace pensar que finalmente llegarán a un acuerdo y antes de que finalice el año más extraño de nuestras vidas se firme una ampliación de contrato deseada por todos.

Por otro lado, Ramos cambiará de patrocinador una década después. El capitán romperá con Nike, salvo giro radical. De hecho, en Valdebebas se ha entrenado con otras marcas y no ha lucido las botas de la marca americana. La realidad es que acabó contrato hace dos años y, visto lo visto, parece que ya tiene decidido que no va a querer cambiar.

El contrato entre Nike y Sergio Ramos finalizó el pasado mes de septiembre, después de que el gigante le ofreciese un contrato en el que percibiría 1,5 millones de euros y que suponía más del doble de lo que venía ingresando hasta esta temporada por el patrocinio (600.000 euros), pero el camero ha dicho “no” y ahora tiene por delante varios meses pare decidir quién le vestirá los próximos años.

Sobre la mesa tiene bastantes propuestas, entre ellas están grandes marcas como Puma, Under Armour o New Balance, pero también está Adidas, la marca que viste al conjunto blanco y a la selección, cuyas botas ha utilizado en los últimos entrenamientos. Todas ellas tratarán de convencer al capitán del Real Madrid y de la selección española, aunque en estos momentos New Balance parece que tiene ventaja respecto a sus competidora.

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