El Real Madrid no sólo trabaja en seguir a los jóvenes talentos extranjeros, sino que también está muy pendiente de todos los jugadores españoles que emergen. Uno de los que más está brillando en los últimos tiempos es Pablo Torre, futbolista del Racing de Santander, hijo del mítico Estaban Torre y el que puede convertirse en el nuevo Sergio Canales. Los ojeadores madridistas llevan siguiendo los pasos del cántabro desde hace muchos meses. En marzo del 2021 los informes que tenían del joven jugador eran excelentes y la entidad presidida por Florentino Pérez ha decidido dar un paso más lanzándose definitivamente a por su fichaje. Durante todo este tiempo ha quedado contrastado que esta perla de 18 años está llamado ser uno de los jugadores a recoger el testigo del fútbol español en los próximos años.
La idea del Real Madrid es hacerse con el fichaje de Pablo Torre en los próximos meses y, dependiendo del futuro del Racing de Santander en Primera RFEF, dejarlo en el club de toda su vida, incorporarle al Castilla o cederle a un club de mayor categoría. Con contrato hasta 2025, renovó en marzo de 2021 cuando empezó a nacer el interés madridista, y una cláusula que obligará a cualquier equipo a sentarse con la entidad cántabra para negociar, el siguiente paso es ofrecer una cantidad económica que satisfaga al conjunto racinguista. Su valor de mercado según la web especializada Transfermarkt es de un millón de euros.
El Real Madrid ha tomado la delantera a todos los clubes que le pretendían. Equipos extranjeros y españoles, especialmente la Real Sociedad, han insistido en hacerse con los servicios de un futbolista que no sólo lidera al Racing con la mayoría de edad recién superada, sino que también es un fijo en la selección española sub-19 dirigida por Santi Denia. Su progresión no tiene techo y los blancos, una vez más, han tomado la delantera para hacerse con sus servicios.
Racinguista, maduro y familiar
Pablo Torre es un mediapunta clásico. El típico ‘10’. El jugador con más calidad de su equipo. Es diestro, aunque domina ambas piernas con solvencia. Es capaz de controlar el ritmo de partido y es muy complicado arrebatarle la pelota cuando la tiene en su poder. Tiene regate, visión de juego, es capaz de dar el último pase y tiene gol. Además, cuando hay que remangarse para defender no tiene el más mínimo problema.
Los que mejor conocen al de Soto de la Marina le definen como un futbolista muy maduro para su edad. A pesar de estar siendo el líder del Racing, no se olvida de su formación y sigue estudiando segundo de Bachillerato a distancia. Su familia le mantiene con los pies en el suelo y son los principales culpables de que continúe en el club de su ciudad, ya que durante todo este tiempo han rechazado multitud de propuestas. Siempre han tenido claro que se tienen que tomar con calma su formación.
