Liga Santander: Eibar – Real Madrid

Un Madrid de hierro

Un Real Madrid de hierro logró un triunfo hercúleo en Ipurúa. Primero brillante, luego sufrido y, finalmente, con solvencia y contundencia a partes iguales. Media hora memorable puso a los de Zidane 0-2. Acortó distancias el Eibar con un golazo de Kike García. En la segunda parte sufrió el Madrid, que sentenció con un postrero gol de Lucas que selló el 1-3.

Zidane le ha cogido el gusto a lo de repetir equipo. Eso puede ser por dos razones: porque le enamoran los titulares o porque se fía menos de los suplentes que la Unión Europea de los presupuestos de Pedro Sánchez. Mi apuesta personal es la B. Si a estas alturas de la película no se saben ustedes el once del Real Madrid, no seré yo quien se lo recuerde porque aquí se viene con la lección sabida, que esto no es la escuela de Celaá.

El caso es que el Madrid tenía uno de esos partidos pestosos, en un campo como Ipurúa, que no es Old Trafford ni San Siro precisamente. El plano cenital distaba mucho de la soñada Superliga europea. El Eibar no quería hacer prisioneros. Apretó arriba con una presión asfixiante y furiosa. Los de Zidane trataban de evitar el vendaval eibarrés con salida de pelota a uno o dos toques.

Pero Rodrygo, que es como Vinicius pero en listo, en preciso y en buen jugador de fútbol, apareció en el minuto 5 para filtrar un pase maravilloso, estético, superlativo, que encontró el desmarque de ruptura de Benzema. Karim la pinchó con un control orientado, suave y sutil como una toallita de bebé. El francés se habilitó a sí mismo y batió a Dimitrovic.

Un minuto después el Real Madrid pudo hacer el 0-2 en una volea de Lucas Vázquez a centro de Mendy. Lo evitó Dimitrovic con un paradón a bocajarro. Pero los de Zidane empezaban a tejer un futbol brillante, lúcido, vertical, con un Modric inspiradísimo. Un calco de partido al del año pasado precisamente en Ipurúa. Tardó un pelín más en llegar el segundo, cocinado en una pared entre Lucas y Benzema, que sentó a Kevin en una baldosa y asistió a Modric para que marcara el 0-2.

Un Madrid ‘on fire’

El Real Madrid estaba desatadísimo, absolutamente on fire. Otro jugadón de Modric en el pico del área habría sido el 0-3 si Benzema no hubiera cerrado los ojos en el testarazo final. Ver para creer. Qué maravilla de fútbol. Era como si les hubiera poseído el espíritu del Bayern de Múnich.

Pero como el Madrid perdonó el 0-3 hasta en dos ocasiones, la ley del fútbol se impuso y el Eibar acabó anotando el 1-2 en su primer tiro a puerta. Fue una pérdida de balón de Lucas Vázquez en zona de nadie que recogió Kike García. El delantero del Eibar levantó la cabeza, apuntó y la puso en la escuadra de Courtois tras una parábola propia del Nuevo Testamento.

El gol insufló ánimos al Eibar, que volvió a apretar arriba al Real Madrid. Pero los blancos respondieron con un Benzema indetectable que hizo el 1-3 en una jugada preciosa, con otro de esos controles de balón que sólo se ven en la Play Station. Lo anuló el VAR por medio pie, que ya es ajustar. Pasaron los minutos postreros y se agotó el primer tiempo con la sensación de que el Madrid pudo haber goleado, pero el Eibar seguía en el partido.

Reanudóse el duelo en Ipurúa y el Real Madrid continuó perdonando el 1-3 en los primeros minutos del segundo tiempo. No lo logró y el Eibar supo sacudirse el dominio blanco. Fue un espejismo porque los de Zidane gobernaban el duelo con autoridad y solvencia. Tuvo otra vez el 1-3 el Madrid tras un pase de Kroos con el exterior que habilitó a Rodrygo. El brasileño se plató solito ante Dimitrovic, que sacó un pie salvador para los armeros.

No remata el Madrid

Zidane metió a Valverde por Modric y a Marco Asensio por Rodrygo. Quería meter vigor al medio campo y algo de pegada arriba. No estaban mal pensados los relevos por parte del entrenador del Real Madrid. La tuvo el mallorquín nada más salir con una falta directa que se marchó a la izquierda de Dimitrovic.

Nada, que el Real Madrid no era capaz de cerrar el partido y el Eibar seguía vivo. Eso sí, se le iba agotando el tiempo, a pesar de que los de Zidane estaban empeñados en adelantar el Gordo de Navidad. Hubo una acción de Sergio Ramos en el área que pudo ser penalti porque la pelota le golpeó en el codo después de un remate a bocajarro en la que capitán blanco no vio la pelota. Ni Munuera ni el VAR pitaron nada.

La jugada era gris, pero tirando a blanca. Ni siquiera Mendilibar protestó. Fue el penúltimo cartucho de un Eibar que nunca se rindió. El Madrid se relajó, pero su media hora inicial le bastó para ganar en Ipurúa tres puntos importantísimos en su escalada hacia la Liga. Selló la victoria Lucas Vázquez con un gol postrero, otra vez, precedido por una gran asistencia de Benzema.

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