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Cómo conectar con los cuatro elementos de la naturaleza este verano

Mar
Foto: Pexels
Rocío Álvarez
  • Rocío Álvarez
  • Periodista multimedia especializada en belleza, viajes y estilo de vida. Durante mis años de vida, la lectura se ha convertido en una compañera fiel y gracias a ella descubrí mi vocación: crear y transmitir a través de las palabras. Con esta convicción me matriculé para cursar Periodismo en la Carlos III y después de años formándome encuentro mi sitio en el mundo: COOL. ¿Mi ley de vida? Nunca desistas, porque el día que lo hagas siempre pensarás en lo que podría haber sido.
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En verano nos reencontramos con la naturaleza, bebemos de su esencia y disfrutamos de todo lo que tiene por ofrecer. Los días son más largos y esto nos permite hacer un paréntesis en el descontrol y el estrés que suponen la rutina y el día a día. Es el momento perfecto para conectar con los cuatro elementos, para cuidar nuestros cuerpos y poner en orden nuestra mente. Hoy en COOLthelifestyle te contamos cómo puedes volver a los orígenes y ganar en salud este verano a partir de los cuatro elementos de la naturaleza. Son pasos muy sencillos, lo importante es cumplirlos con consciencia y disfrutar de ellos.

Recupera el contacto con los cuatro elementos esenciales de la naturaleza

La tierra

El primero de los cuatro elementos es la tierra. Esta simboliza lo interior, lo estable, la sabiduría, el crecimiento y la fuerza. En verano las temperaturas suben, las prendas son más ligeras y el calzado más abierto. La palabra verano está ligada íntimamente con andar descalzo y, aunque no lo parezca por su simpleza, es una de las mejores maneras de reencontrarnos con la tierra.

Cuatro elementos
Foto: Unsplash

Los pies nos sostienen, afrontan la gravedad, nos permiten movernos, correr, saltar, bailar… Son nuestro vehículo en la vida, por ello liberarlos de los zapatos y ponerlos en contacto con la tierra es más trascendental de lo que pensamos. Descalzar los pies nos ofrece una sensación de libertad única y nos devuelve a nuestra tierna infancia.

Cuatro elementos
Foto: Unsplash

Siente las cosquillas de la hierba sobre tus tobillos, hunde los pies en la arena, camina sobre la orilla de una playa, disfruta de la roca fría sobre las plantas de tus pies… Con estos ejercicios masajearemos inconscientemente todas las terminaciones nerviosas de estas extremidades, extendiendo el bienestar y los beneficios a otras zonas corporales.

Cuatro elementos
Foto: Unsplash

Un baño de barro al aire libre es otra de las delicias que nos brinda la naturaleza. No hace falta viajar para conseguir este barro terapéutico, ya que en nuestras propias costas lo podremos encontrar. Y si no fuese el caso, siempre hay balnearios por los que optar. El barro es rico en minerales y oligoelementos y poseen propiedades desintoxicantes, antiinflamatorias y astringentes. También es muy eficaz para combatir la celulitis. 

Arcilla
Foto: Unsplash

Por último, meditar. Encontrar ese momento de paz en tu día para sentarte y disfrutar de la soledad, de la brisa, del viento, de los sonidos, del silencio, del contacto de la tierra bajo nuestro cuerpo, abrazar todas las sensaciones que nos ofrece la naturaleza… es una experiencia sumamente conmovedora.

Meditar
Foto: Unsplash

El aire

El segundo de los cuatro elementos es el aire, vinculado a la respiración, la música, el silencio y a la imaginación. 

Wind
Foto: Unsplash

Expandir nuestra respiración constantemente es una de las maneras de conectar con este segundo elemento, realizando un intercambio continuo con el exterior. Nuestra respiración es una de las claves para entendernos, para saber cómo somos, ¿nos limitamos o lo hacemos sin reservas? Respira suavemente y observa cómo lo haces, sopla con delicadeza y repite el movimiento hasta encontrar ese momento de paz absoluta.

Respirar
Foto: Unsplash

Dejarse envolver por el aire y por la brisa es casi tan importante como tomar conciencia de nuestra respiración. Entra en contacto con el frescor de la media tarde, con la brisa a orillas del mar, fortalece tu interior y libera tu organismo para participar en este momento tan vivificante con la naturaleza.

Mar
Foto: Unsplash

Agua

El agua está asociada con las emociones y el subconsciente, además de ser un bien del que no podemos prescindir. El agua purifica y refresca y tiene diferentes formas con las que interactuar.

Mar
Foto: Unsplash

Nadar en espacios abiertos, como puede ser el mar o un río, es una buena forma de conectar con el agua. Ya no solo favorece la salud de nuestro cuerpo, sino que tonifica el sistema nervioso y masajea la musculatura y las articulaciones, además de ser una de las sensaciones más placenteras y recomendables para practicar en verano.

Nadar
Foto: Unsplash

Sentarse bajo la lluvia y notar cómo las gotas van poco a poco reclamando nuestro cuerpo también puede ser muy reconfortante, pero solo para los más atrevidos.

Lluvia
Foto: Unsplash

Fuego

No hace faltar bailar frente a una hoguera, ni quemarnos con una sartén. Para conectar con el fuego lo ideal es aprovechar las primeras horas de la mañana o las últimas de la tarde para tomar baños de sol, un ejercicio muy recomendable ya que nos ponemos en contactos con los rayos de sol mientras nos relajamos, lo que nos ofrece una sensación de confort tanto física como mental.

Cuatro elementos
Foto: Unsplash

Además, en combinación con el agua de mar, el sol actúa sobre la piel mejorando problemas como el acné o las dermatitis y ayuda a eliminar toxinas. Para realizar un baño saludable hay que evitar las horas de mayor radiación.

Cuatro elementos
Foto: Unsplash