Con el cambio de estación y el paso de los meses, es hora de comenzar a adaptarse a las nuevas frutas de temporada. Más allá de elegir las más sabrosas, o de comprar las más recurrentes, ha llegado el momento de conocer los beneficios de una que es, sin duda, la que marca la hoja de ruta el 31 de diciembre. Blancas, rosadas o negras, las uvas son una de las frutas más deliciosas y antiguas que existen. Estas simbolizan la abundancia y la fertilidad. Independientemente de ello, esta marca un antes y un después cada año. Además de ser el ingrediente principal de una exquisita copa de vino, las uvas ofrecen una serie de beneficios para la salud. ¿Quieres conocerlos? Quédate con nosotros y sigue leyendo.
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Altamente nutritivas
Principalmente, esta fruta se compone de vitamina C. Debido a que nuestro cuerpo no la produce naturalmente, es esencial comer alimentos que estén llenos de ella. Esta vitamina es fundamental para aumentar la inmunidad, la reparación del ADN y la producción de colágeno y serotonina, esta última favorece la felicidad y el sueño.
Las uvas también apoyan la salud ósea debido a su contenido en vitamina K, calcio, magnesio y potasio. Si carecemos de estos importantes nutrientes, podemos aumentar el riesgo de sufrir fracturas óseas.
Mejoran la salud ocular
Dos pigmentos que se encuentran en las uvas, la luteína y la zeaxantina, protegen la salud ocular. Estos pigmentos ayudan a aumentar el rango visual, disminuir la incomodidad del deslumbramiento y las luces brillantes, y mejorar el contraste visual.
También ayudan a reducir el riesgo de degeneración macular y cataratas, que son dos de los trastornos y enfermedades oculares más habituales.
Ayudan a la salud digestiva
A pesar de que esta fruta no contiene una dosis elevada de fibra, ayuda a favorecer la regularidad intestinal. Además, otro antioxidante que se encuentra en las uvas, llamado polifenoles, mejora la salud intestinal. Y eso aumenta la inmunidad y promueve un estado de ánimo positivo.
Previenen la diabetes y la hipertensión
Especialmente las uvas negras contienen elevadas cantidades de fitonutrientes, los cuales ayudan con un efecto protector para prevenir enfermedades como: diabetes, hipertensión, entre otras muchas.
A ellos se suman las sustancias fotoquímicas, compuestos producidos por las plantas, que ayudan al equilibrio glucémico de nuestra sangre, estimulan el páncreas y la producción de insulina.
Protegen y mejoran la salud cardiovascular
Los flavonoides (polifenoles) están muy relacionados con la prevención de enfermedades del corazón debido a su capacidad para evitar el aumento del colesterol malo. Esos, que se encuentran en las semillas de las uvas, ayudan a que la sangre llegue correctamente a nuestro corazón.
Asimismo, las uvas evitan el endurecimiento de las arterias, reducen la presión arterial, previenen los accidentes cerebrovasculares y los ataques cardíacos y reducen la inflamación.
Frenan el envejecimiento prematuro
Esta fruta actúa como un potente antioxidante natural, de manera que ayuda a combatir el envejecimiento prematuro creado por los radicales libres. Las uvas tienen resveratrol, sustancia que contiene propiedades antioxidantes y que solo se encuentra en la uva negra, concretamente en la piel.