El mundo de la moda está en plena revolución ampliando horizontes en la alta joyería. A finales del pasado año Prada presentó ‘Eternal Gold’, una preciosista colección de piezas de oro 100% reciclado. Este 2023 hemos asistido al debut de Fendi con creaciones que nos trasladan a un atardecer en la Toscana y ahora es el turno de Yves Saint Laurent que, haciendo honor a su legado, lanza una serie de pulseras, collares y brazaletes que ya se han convertido en toda una obsesión, pues ensalzan la sofisticación. La colección es obra del director creativo belga de la marca, Anthony Vaccarello, quien lleva al frente desde 2016.
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Desde su llegada a YSL hace siete años, Anthony Vaccarello ha plasmado su visión revolucionaria con colecciones atemporales, recuperando los códigos de la maison y apostando por una estética hipnotizante.
La reinterpretación constante de las piezas icónicas para no dejarlas caer en el olvido, unido al renacimiento del monograma de la firma ha hecho impulsar las colecciones temporada tras temporada. Y siguiendo este hilo invisible, Vaccarello ha hilvanado su debut en la alta joyería.
Los motivos ya bien conocidos de la casa como el logotipo vertical Cassandre y el Maillon son los protagonistas de la colección, dejando claro que estas joyas son una extensión de la alta costura.
Pura atemporalidad
La marca explica que las piezas «son adecuadas para un uso infinito, independientemente de las estaciones y las tendencias». De nuevo Vaccarello apostando por la atemporalidad absoluta. Funcionales y también coleccionables, pues están hecha para llevar como única joya o complementándose con otras.
Una oda al mismísimo Yves Saint Laurent
A los pocos años de llegar Vaccarello a YSL, el diseñador confesó que cuando empieza una colección piensa en todo Saint Laurent, «pero no me propongo hacer una colección YSL». Una declaración que tiene que ver con el peso tan grande que tiene la firma, la presión que siente al estar al frente de una marca con tanta historia.
Metales y gemas preciosos, oro y diamante dan forma a todas las joyas de la colección. Una oda al mismísimo diseñador Yves Saint Laurent pues convirtió el oro en su mejor aliado. Tal es así que en la primavera-verano de 1992 presentó una colección que sorprendió al mundo bañada en oro.