Para hacer la espera del Bugatti Tourbillon más llevadera a lo amantes de las cuatro ruedas, la marca sorprende con una nueva creación que se inspira en este, pero en formato Baby. Se trata de Bugatti Baby II Tourbillon Edition, un tributo a la historia y la artesanía de la marca que, a pesar de su exclusividad, no supera el precio de un BMW de gama alta. Esta miniatura de lujo, que celebra 115 años de legado, ha sido diseñada por los maestros artesanos de Hedley Studios en el Reino Unido y combina la elegancia histórica con tecnología moderna.
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Inspirado en el icónico Bugatti Type 35, uno de los coches de carreras más emblemáticos de la marca, el Baby II Tourbillon Edition es una interpretación contemporánea de este clásico.
A diferencia de sus antecesores, este modelo a escala no es sólo un homenaje, sino una pieza de coleccionista en la que cada detalle refleja la dedicación y la precisión artesanal. Desde los paneles de carrocería de aluminio moldeados a mano hasta el los materiales que recubren su interior, el Baby II fusiona a la perfección lo mejor del pasado con el presente.
El origen de la versión ‘Baby’ de Bugatti
El Bugatti Baby tiene una fascinante historia. Su primera versión fue creada en 1926 como un regalo personal de Ettore Bugatti para su hijo, Roland. Aquella versión original conquistó tanto a coleccionistas como a fans de la marca, convirtiéndose en una pieza icónica.
Tourbillon Edition Baby incorpora elementos del hiperdeportivo V16 recientemente presentado (y que llegará en 2026), como las ruedas personalizadas y la decoración. Un coche que, a su vez, rinde tributo a la complicación relojera más fascinante gracias, en parte, a su meticulosa precisión.
Este pequeño gran coche es mucho más que un juguete, de hecho no es para niños. Con características técnicas modernas, desde su propulsión eléctrica o los indicadores que replican el estilo del Veyron, pasando por los pedales ajustables y mecanizados a partir de un bloque de aluminio, el Baby II combina la nostalgia de la historia de Bugatti con las exigencias actuales.
El precio aún no se ha desvelado, pero teniendo en cuenta los anteriores Baby que van desde aproximadamente 36.000 euros para el modelo básico hasta 65.000 euros para el modelo más exclusivo, podemos hacernos una idea. Cada unidad es personalizable, lo que lo convierte en un coche eléctrico de colección muy deseado.
Cada unidad tiene un total de 200 horas de trabajo artesanal. Cada aspecto del coche, desde las llantas hasta los indicadores de potencia, ha sido diseñado para homenajear no sólo al Baby original, sino también al nuevo Bugatti Tourbillon. Este, además de escribir un nuevo capítulo en la historia de la marca, celebra la asociación con Rimac, marca que destaca por su nueva creación, Nevera, el cual ostenta el título del coche eléctrico más rápido del mundo, acelerando de 0 a 100 km/h en menos de dos segundos.
