La gastronomía nacional es reconocida a nivel mundial y hemos podido ver cómo muchas caras conocidas han pisado nuestro país con el objetivo de degustar auténticos manjares. Desde Ibiza hasta Málaga, muchos optan por el clima caluroso de España, buscando las mejores opciones para comer y deleitarse así con platos cuya base sea el producto de cercanía. Robert De Niro es uno de los muchos ejemplos y os enseñamos el último restaurante de Ronda (Málaga) que ha enamorado al actor.
El intérprete es uno de los grandes iconos de la gran pantalla que nos ha regalado Hollywood y sus múltiples nominaciones a los premios Oscar lo avalan. Muchos no lo saben, pero es un gran amante de la gastronomía y así lo demuestra con sus inversiones, puesto que es uno de los socios de Nobu Matsuhisa sobre los múltiples hoteles y restaurantes que tiene Nobu a nivel internacional.
Sus vacaciones de verano han dejado de ser un misterio desde hace tiempo, puesto que corren las fechas en las que el actor viaja a nuestro país para disfrutar del clima y sorprendernos con sus elecciones culinarias, que siempre recorren varias localizaciones por el sur. En esta ocasión le hemos visto en la pintoresca ciudad de Ronda, visitando una de las grandes experiencias culinarias que existe en el sur y que funciona bajo el nombre de Bardal.
Este restaurante es uno de los más prestigiosos a nivel nacional y cuenta con la esencia del talentoso chef catalán Benito Gómez. La propuesta que se presenta a través de sus platos trabaja sobre una reinterpretación de la tradición andaluza y posiciona las clásicas recetas de la zona a otro nivel, a través de una sofisticación que sabe jugar con los sentidos.
La confección de cada plato se trata de forma individual y el objetivo es crear una obra de arte que despierte todos los sentidos y lo haga a través de la rica historia gastronómica de la provincia, trabajando con productos frescos de la huerta, hasta los pescados y mariscos más selectos.
Sabemos lo que comió Robert De Niro en este restaurante, y fue un menú degustación (llamado Menú Bardal), diseñado personalmente por el chef, en el que fusiona su propio concepto con el alma de Ronda. Antes de nada, vemos cómo la fidelidad al producto está presente, ya que se avisa que puede sufrir cambios dependiendo del mercado y la estacionalidad.
Es una propuesta bastante amplia y, para abrir boca, comienza con consomé de verduras crudas con flor de saúco; sigue con otros ejemplos como los calamares encebollados y queso payoyo o el cogollo a la brasa con emulsión de vaca. Termina con un final de mar y montaña, formado por varios platos entre los que encontramos, por un lado, navajas con maíz y vainilla o brocheta de conejo a la cazadora con trufa. El precio, dependiendo del caldo que se escoja para complementar, oscila entre los 180 y los 250 euros.
La atmósfera del restaurante es singular y no sólo se compone por una gastronomía de nivel, sino que puede presumir de contar con un impecable servicio, además de una gran atención al detalle. Gracias a esto, Bardal se ha hecho con dos estrellas Michelin y dos soles Repsol, convirtiéndose en un templo de la cocina de mercado, con un claro respeto al producto de cercanía.
