Hay cuadros capaces de dibujarse en nuestra imaginación con tan solo nombrarlos. Reliquias artísticas expuestas en museos que consiguen inspirar auténticos sentimientos de inspiración y asombro en cualquier persona. Desde ‘La joven de la perla’ de Johannes Vermeer, pasando por ‘El grito’ de Edvard Munch, hasta ‘La Mona Lisa’ de Da Vinci. Pero, ¿qué tienen en común casi todas estas magníficas obras? Además de ser sinónimo de etapas artísticas y emblema del don del arte, muchas de ellas esconden grandes secretos. Hoy te contamos los secretos ocultos de algunos de los cuadros más famosos del mundo.
- La vuelta al mundo visitando los museos y galerías más espectaculares
- Más allá del Vaticano, los museos que no puedes perderte en Roma
- Helmut Newton, protagonista de la nueva exposición en La Coruña
Los detalles más inauditos ocultos en cuadros famosos
‘La joven de la perla’, de Johannes Vermeer
Pintada en 1665, ‘La joven de la perla’ ha inspirado infinidad de libros y películas. Pero guarda un secreto muy especial… En su propio nombre. ¿Alguna vez te has parado a observar fijamente la perla brillante que cuelga de su oreja? Hazlo con detenimiento.
El pendiente alrededor del cual gira el misterio de la pintura es únicamente fruto de tu imaginación. El artista consiguió engañar a través de técnicas artística a nuestro cerebro.
Si observamos atentamente no veremos ningún hilo que conecte el adorno con la oreja. Hasta su forma es un engaño. La perla de ‘La joven de la perla’ es pura y llanamente una ilusión óptica.
‘Lluvia, vapor y velocidad. El gran ferrocarril del oeste’, de JMW Turner
Turner pintó una liebre casi imperceptible en medio del camino por el que se aproxima el ferrocarril en su icónico cuadro.
La liebre siempre ha simbolizado el renacimiento y la esperanza y que el artista decidiese incluirla en su cuadro tiene una razón concreta.
La pintura fue expuesta por vez primera en 1844, año en el que la población continuaba afectada por el horror de una tragedia que había ocurrido dos años y medio antes, el 23 de diciembre, en la víspera de Navidad, cuando un ferrocarril se descarriló del puente que se muestra en la pintura. El accidente cobró la vida de nueve pasajeros y mutiló a otros 16.
‘El grito’, de Edvard Munch
Durante muchos años se creyó que ‘El grito’ de Edvard Munch estuvo inspirado en la expresión facial de una momia de origen peruano expuesta en la Exposición Universal de 1889, en París.
Sin embargo, si nos detenemos a analizar el carácter del artista observamos que su preocupación se centraba más por el futuro que por el pasado, en concreto con la evolución de las tecnologías. Y es que en la exposición mencionada, en el mismo pabellón, también encontramos el asombroso espectáculo de una gigantesca bombilla llena de otras 20.000 más pequeñas.
Esta escultura representaba un tributo a Thomas Edison, la que activo la mente de Munch para pintar el famoso cuadro, en el que si nos fijamos, la cara con grito de terror podría tener perfectamente la forma de una bombilla.
‘El beso’, de Gustav Klimt
El año en el Gustav Klimt pintó la obra de ‘El beso’, la ciudad de Viena se veía imbuida de lenguaje científico. Especialmente en la Universidad de Viena, donde Klimt fue invitado a crear pinturas inspiradas en temas médicos.
En aquel momento, el inmunólogo Karl Landsteiner se encontraba realizando un proyecto para realizar transfusiones de sangre con éxito… ¿Y cuál fue el resultado?
El científico lo desconocemos, pero si observamos atentamente la pintura de Klimt, encontramos curiosos patrones que palpitan en el vestido de la mujer en la pintura, concretamente platos de Petri llenos de células.
‘La Mona Lisa’ de Da Vinci
El retrato de la noble florentina Lisa Gherardini siempre ha conmovido por la extraña sonrisa que se le aprecia a la que fue esposa de Francesco del Giocondo.
No solo costó saber quién era la modelo, sino que con el paso del tiempo se han encontrado muchos detalles ocultos.
Se ha llegado a decir que la mujer estaba enferma de sífilis por la mancha blanquecina que se observa en uno de sus ojos. También se ha cuestionado su pasado como prostituta ya que lleva las cejas depiladas, rasgo que se correspondía con estas mujeres en aquella época. Incluso algunos dermatólogos han declarado que sus cejas y la línea del cabello se corresponden con alguna enfermedad autoinmune.