El anonimato es un concepto muy fácil de romper a través de la pequeña o la gran pantalla. Lo más común es que esto pase con los personajes de televisión o cine, creando una figura pública a la que aclamar, pero, ¿qué pasa con los objetos? Una producción es un conjunto de elementos que forman una historia y esos elementos que la componen, muchas veces, adquieren una fama característica y su valor es incalculable. Las subastas de objetos de películas están en auge y los coleccionistas están dispuestos a pagar cifras muy altas por ellos, así que vamos a descubrir cuáles han sido los siete objetos, de película, subastados más caros de todos los tiempos.
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Vestido de Marilyn Monroe
El diseño que la ambición rubia que lució en ‘The Seven Year Itch’ se posiciona como el objeto de película, vendido en subasta, más caro de la historia o, al menos, uno de ellos. Este vestido firmado por la casa Travilla sigue siendo sobrio a la par que sexy, con lo que una cinemaníaca lo tendría fácil para lucirlo en ocasiones arregladas, pero informales o incluso tenerlo sobre un maniquí como si de una exposición de museo se tratara. Este se vendió por 34,3 millones de euros.
Vestido de Audrey Hepburn
En ‘My Fair Lady’, Hepburn tuvo que dar la espalda a su querido Givenchy, amigo y diseñador de cabecera, para hacer icónico un vestido de otro creador. Audrey se dejó vestir de damisela victoriana por Cecil Beaton, fotógrafo legendario y director de arte en este musical. Un vestido de encaje blanco con cola disimulada, tocado tamaño XXL y lazos en blanco y negro, asistía a las carreras de caballos en Ascot, dejando sin aliento a todos los que la visualizaban. Su venta final en subasta se cerró en 33,96 millones de euros.
El Aston Martin de ‘Goldfinger’
La casa británica ha sido una de las grandes protagonistas en la histórica saga de James Bond. Es increíble, pero el ejemplar que se subastó llevaba las implementaciones de la película, es decir, ametralladoras Browning de calibre 30 en los parachoques, cuchillas en las llantas, una pantalla antibalas trasera, dispensadores de pinchos o aceite, un radar de seguimiento, un dispositivo para crear una pantalla de humo, matrícula trasera reversible, un teléfono integrado (y escondido) en la puerta del conductor y todas las implementaciones que vemos en la película. Su precio de venta en subasta fue de 32,9 millones de euros. Uno de los siete objetos de película, en concreto el coche, subastados más caros de la historia.
Los trajes de ‘Sonrisas y Lágrimas’
Los niños de la película galardonada con un Óscar en 1966, llevaban unos trajes confeccionados a medida. Eran trajes típicos, con aires tiroleses, de la época, telas bastante básicas y estampados clásicos de la época que vestían una de las historias más aclamadas del cine. Muchos pensarán que se subastaron de forma individual, pero no fue así, todas creaciones se vendieron en pack, puesto que los niños de esta película son un icono y no pueden ir por separado. ¿Precio de venta en subasta? 1,16 millones de euros.
Un coche submarino
Otro de los clásicos vehículos de la saga James Bond, en concreto, del largometraje ‘La espía que me amó’. Seguro que muchos piensan que su utilidad es bastante limitada, pero es todo lo contrario. Fue tuneado por la firma Perry Oceanographic para convertirlo en un minisubmarino totalmente funcional. Esta reforma tuvo un coste de 300.000 euros y funciona perfectamente debajo del mar, aunque tiene un, pero y es que en tierra firme, el vehículo no funciona. El precio por el que se subastó, superó los 640.000 euros.
El coche de Chitty Chitty Bang Bang
El escritor Ian Fleming tenía un gran afán por los supercoches y, en esta película, lo quería llevar a otro nivel haciéndolo volador. La única novela para niños, firmada por el inglés, y publicada póstumamente, se centraba en las andanzas de un muy vintage Ford 3000 dotado con infinidad de gadgets. Para la versión cinematográfica del libro, el artista Frederick Rowland Emmett se ocupó de diseñar un vehículo que quedó para la historia como el diseño más caro jamás usado en una película. Un gran fan de la película pagó la cantidad de 600.000 euros por él.
El vestido de Desayuno con Diamantes
Audrey Hepburn marcó historia y podríamos decir que ha sido la actriz más fashionista dentro de sus propias películas. Su gran amigo, Givenchy, por fin consiguió diseñarle un vestido y se convirtió en todo un icono, dando también gran nombre a la casa francesa, además de enseñarnos que un vestido negro es uno de los principales fondos de armario. Una inspiración para combinarla con un gran collar de perlas, un croissant y grandes joyas a nuestra vista. Este modelo se subastó y se vendió por 590.000 euros, siendo uno de los siete objetos de película subastados, más caros de la historia.