Lady Di fue una mujer que se convirtió en uno de los principales iconos de estilo del siglo XX. Un emblema de la elegancia y el buen gusto. El gran éxito de Diana se basó en gran medida en su elegancia innata y en su lealtad. Siempre se mostró muy fiel a su estilo, lo que le valió para convertirse en un gran referente.
El negro no está reservado para el luto
En su primera aparición pública Diana de Gales lució un vestido negro confeccionado por David y Elizabeth Emanuel, lo que provocó una enorme conmoción en la Familia Real Británica. Consideraron que era un color inapropiado ya que el negro se reservaba para el luto.
El vestido de boda de Diana de Gales
La princesa volvió a confiar en los Emanuels para su vestido de novia. Un vestido espectacular, confeccionado en seda de color marfil y de corte romántico, con una cola de 25 metros. Causó una gran sensación en todo el mundo, y en los años 80 fue un modelo muy imitado por las novias.
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El cambio de estilo de Lady Di
Hasta mediados de la década de los 80 el vestuario de Lady Di fue muy tradicional. En la gran mayoría de sus apariciones públicas lucía blusas con lazos y volantes, chalecos de punto y faldas largas. Únicamente mostraba su estilo más personal en galas oficiales, en las que exhibía diseños de Murray Arbaid y Emanuels.
A partir del nacimiento de su segundo hijo su cambio de estilo fue siendo cada vez más notorio. La princesa confió en diseñadores como Zandra Roberts o Victor Edelstein para sus actos oficiales.
Tras su separación con el príncipe de Gales se convirtió en un icono de moda y estilo. Ningún protocolo le impedía ya lucir como una mujer segura de sí misma, con vestidos de Versace, Chanel o Dior.
