Primero fue Jean Paul Gaultier y ahora Daniel Roseberry para Schiaperelli, el corsé cónico vuelve a vivir su edad de oro. Cada cierto tiempo, aparecen piezas antiguas que tienen un significado emblemático. Los diseñadores nos llevan al pasado para no olvidar el origen de todo reinterpretando sus clásicos, como el corsé, una de las prendas femeninas más polémicas y reinventadas de la historia de la moda. De ropa interior opresora a erótica, hasta llegar a Jean Paul Gaultier y Madonna. El diseñador lo modificó incorporando unos conos en el pecho y la cantante lo dotó de empoderamiento al ritmo de ‘Like a Virgin’. Este año, lo hemos vuelto a ver sobre la pasarela de la mano de Schiaparelli. Su director creativo, Daniel Roseberry, rinde homenaje al carácter único del corsé cónico.
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Conocido como el enfant terrible de la moda francesa, Jean Paul Gaultier dotó a la moda de sensualidad en la década de los años 80 y 90. Una de sus musas, Inès de la Fressange, dice del diseñador que «él comprendió antes que nadie que la gente quería vestirse como sus ídolos, que las clientas de la Alta Costura podían ser jóvenes y querer otra cosa que un estilo anticuado». El jersey marinero, la chaqueta sastre entallada, el vestido corsé… y, por supuesto, el corsé cónico son sus prendas más emblemáticas.
Madonna y Jean Paul Gaultier
Para la gira ‘Blond Ambition’ (1990), Madonna pidió a Gaultier que diseñara su vestuario. La cantante amaba su manera de entender la moda. «Le gusta mi ropa porque combina lo masculino y lo femenino», expresó el diseñador en una ocasión, que creó para dicha gira varios trajes a la cantante, entre ellos uno de rayas, y la emblemática corsetería cónica.
Gaultier diseñó para ella el corsé cónico, pero hasta llegar a él, la artista y el modisto tuvieron varias reuniones en el hotel Carlyle de Nueva York. Cuentan que se inspiraron viendo la película Cabaret y que Gaultier realizó más de 1.500 bocetos antes de que Madonna diera el visto bueno.
Gaultier confesó al New York Time durante una entrevista que su obsesión por los corsés venía de niño, cuando su abuela le llevó a una exposición de corsés. «Desde entonces, adoro esta prenda, los de color carne, los de satén salmón, con encaje… El corsé cónico es solo una prolongación de esa idea».
Beyoncé y Schiaperelli
Tres décadas después de que la ambición rubia rompiera los moldes de la erótica sobre el escenario, Beyoncé toma el relevo para presentar su último álbum, ‘Renaissance’. Como el propio nombre indica, es el renacimiento de la artista y no es casualidad que para su promoción luzca un corsé cónico.
‘Renaissance’ está plagado de referencias a la música más bailable, desde los años 70 hasta los 90, la década que la vio nacer como artista con Destiny’s Child, la misma en la que Madonna convirtió el corsé cónico en un éxito mundial. Las dos artistas, en épocas diferentes, buscan lo mismo que un cuadro de Lempicka: la sensualidad del cuerpo femenino.
El corsé cónico de Beyoncé es obra del diseñador Daniel Roseberry, que actualmente es el director creativo de Schiaparelli. Una pieza que vio la luz en la semana de la moda de París de principios de este año. Propuestas muy estructuradas, siluetas marcadas… auténticas joyas sobre la pasarela.
Difícil no acordarse de la propia Schiaparelli y su amor por la joyas, y también de Jean Paul Gaultier y su exaltación por el cuerpo femenino. «Esta temporada sentí la libertad para hacer algo intensa e indudablemente bello. Porque a veces hay que rebelarse contra la belleza para poder regresar a ella», dijo Daniel Roseberry sobre su colección.
