Autoexpresión y confianza, transformación personal, autoestima y aceptación… La moda es mucho más que una tendencia. Es arte en estado puro capaz de provocar emociones. La forma en que elegimos vestirnos puede tener un impacto significativo en nuestro estado de ánimo. Son muchos los psicólogos que han estudiado esta fascinante relación, como Karen Pine que en su libro Cuidado con lo que te pones: La psicología de la moda afirma que la manera de vestimos se conecta directamente con el subconsciente. La elección del color, las prendas, el patronaje de estas… Todo ello dice mucho más de nosotros de lo que podemos imaginar.
En los últimos premios Globos de Oro, Taylor Swift apareció con un impactante vestido verde de paillets diseñado por Sabato de Sarno para Gucci. Un look tremendamente sexy y alejado de su estilo en los últimos meses, que suele ser más preppy. Los fans de la cantante apuntan a que es un outfit más de su Era Reputation, cuando intentó romper con todo sin olvidar su lado más romántico.
De la primera foto, en los Globos de Oro, a la segunda que corresponde a la presentación de la película Taylor Swift, The Eras Tour, tan solo pasaron tres meses y a la vista está que que su ropa muestra dos actitudes totalmente diferentes.
«Somos lo que vestimos, pero también podemos llegar a ser lo que nos ponemos», Karen Pine
Atuendo y actitud siempre van de la mano, no sólo se trata de cómo te ves con las prendas, sino cómo te hacen sentir. En este sentido, la psicóloga Karen Pine tiene mucho que decir: «Lo que nos ponemos tiene consecuencias cognitivas, sociales y emocionales».
La prestigiosa psicóloga británica señala que, por ejemplo, cuando las personas sufren estrés terminan poniéndose muy pocas prendas. «El 90% de las prendas de su armario desaparecen ante sus ojos». Somos lo que vestimos, «pero también podemos llegar a ser lo que nos ponemos», agrega Karen.
Uniformes, anuladores de emociones
La fallecida novelista Alison Luire, en su ensayo El lenguaje de la moda: Una interpretación de las formas de vestir, examinó prendas extrayendo de ellas información sobre gustos, profesiones, procedencias geográficas, opiniones, deseos e incluso estados de ánimo, y considera los uniformes como anuladores de emociones. En este sentido, el traje sastre, como uniforme diario de trabajo también podría entrar en esta categoría.
«La toga de un juez o la bata de un cirujano pueden conseguir disimular sus sentimientos, invistiéndolos siempre de seguridad y dignidad, independientemente de cómo se encuentren». Lo que convierte al uniforme en una herramienta poderosa tanto para empoderar como para camuflar tu estado de ánimo.
Jugar con la ropa para ser quien quieras ser
Esta autora señala también que se puede mentir en el lenguaje de la moda, al igual que podemos hacerlo verbalmente. «Este tipo de engaño tiene la ventaja de que por lo general no se nos puede acusar de que sea deliberado», señala Alison, para explicar que con el uso de prendas estratégicas puedes ser quien quieras ser.
La ropa como armadura personal
En este artículo tampoco podemos dejar de mencionar a Dawn Karen directora del Instituto de la Psicología de la Moda quien asegura ayudar a las personas a usar «colores más brillantes para que se sientan mejor internamente y ayudarles con sus inseguridades».
Karen habla de una teoría, la prenda de poder. «Si te sientes triste, tienes que ponerte una prenda que te dé ánimo y confianza», explica, y confiesa que ella usa tacones «para sentirme poderosa» pues considera la ropa «como una armadura personal».
