Frank Gehry dijo en una ocasión que «la arquitectura debe hablar de su tiempo y lugar, pero anhelar la eternidad». Palabras poética que encierran una gran verdad y se materializan en proyectos como los de GC Studio. La filosofía de sus fundadores es la de que los materiales son como los colores de un pintor. «Son un modo de expresión, de dotar de significado al ejercicio arquitectónico y de vida al espacio que creamos». El arquitecto Alexis González y la interiorista Lucía Casaus crearon el estudio en 2017 y suyos son algunas de las villas más extraordinarias de la Costa del Sol, y también de fuera de nuestras fronteras, como en Italia, Francia, Bélgica e incluso África y EEUU. Hablamos con ellos sobre su visión de arquitectura y diseño de interiores, y descubrimos algunas de sus viviendas más sublimes.
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Al arquitecto Alexis González y a la interiorista Lucía Casaus les gusta mostrar la otra cara del ejercicio y criterio a la hora de elegir materiales para los proyectos: La búsqueda de la belleza.
«Un material es un elemento, su uso individual genera un resultado, pero su integración holística en el proyecto ocasiona un impacto sobre otros elementos, su conjunción con otros provoca sensaciones y emociones», señalan los fundadores de GC Studio cuya misión, aseguran, crear lo que no existe. «Nuestra labor siempre es, en esencia, desde el primer minuto un intangible que tenemos que ir conceptualizando a un plano real».
Tienen proyectos fuera de España y nos explican que al vivir en «un mundo muy globalizado, las tendencias y necesidades en lo que arquitectura e interiorismo se refiere es algo que se comparte de manera internacional«.
«En muchas ocasiones los gustos de un cliente concreto nos llevan a desarrollar proyectos que ‘tradicionalmente’ no tendrían cabida en el paisaje local, sin embargo, estas personas tienen una idea muy clara en cuanto a confort, la privacidad y calidad de vida se refiere», puntualizan Alexis González y Lucía Casaus, y añaden que una casa «es la expresión más íntima de nuestra persona, lo que pasa dentro de un hogar dice más de quien la habita que cualquier otro elemento estructural en la vida de las personas».
«Todos los materiales pueden ser un buen recurso o un buen discurso… Todos son un modo de anhelar el refugio de lo bello»
Pregunta: ¿Cuál es el proyecto que ha marcado un antes y un después en de GC Studio?
Alexis González y Lucía Casaus: No existe. Y Honestamente, no queremos que llegue a existir. Estamos donde estamos gracias a la suma de todos los proyectos que hemos sido capaces de ejecutar hasta la fecha como estudio.
Más de 500 proyectos que nos han llevado a crear villas de autor extraordinarias tanto por dimensiones, requerimientos técnicos y presupuesto, oficinas con especificaciones muy puntuales, reformas de espacios con una gran carga emocional… Han sido más de 20 destinos repartidos por todo el mundo. Todo ese porfolio, todo en su conjunto, para nosotros es la mejor definición de nuestros aciertos, de nuestros errores y de nuestro legado futuro.
P: ¿Cuáles son los materiales que más soléis utilizar?
R: Tendemos a pensar en el uso de los materiales desde un punto de vista muy pragmático. Lo natural es noble y, por lo tanto, exclusivo. A nosotros nos gusta mostrar la otra cara del ejercicio y criterio a la hora de elegir materiales a nuestros clientes: La búsqueda de la belleza.
Todos los materiales pueden ser un buen recurso, todos pueden ser un buen discurso, todos pueden hacer hablar al proyecto de un modo insólito. Todos son, de igual manera, un modo de anhelar el refugio de lo bello.
P: ¿En qué proyectos están trabajando actualmente?
R: En los últimos meses hemos estado muy volcados en diversas fases de desarrollo de varias masterpieces a nivel residencial en Marbella. Se trata de viviendas de gran formato, de un valor notable, por el entorno donde se construyen y de una significación muy notoria por las propias características del proyecto.
Podemos destacar, de todas ellas, Villa Sierra Blanca, una casa promovida por la promotora residencial Sierra Blanca Estates que promete ser la tangibilización del primer proyecto residencial de lujo con una componente de impacto cercano al cero durante su construcción y, posteriormente, durante su uso.
Del mismo modo, estamos inmersos en una promoción de villas de gran lujo en África Central, un proyecto increíble por lo que ha supuesto exportar modelos de trabajo e inspiraciones de mercados muy remotos adaptándolos a la cultura e idiosincrasia del continente africano. Es un proyecto enormemente retador en todos los aspectos.
Estas fotos corresponde al proyecto Villa Santa Cruz, en Estados Unidos.
P: ¿Y qué será lo próximo?
R: Pronto haremos un desembarco en Bahamas y, por supuesto, esperamos seguir con el fantástico ritmo de ejecución de proyectos en diversas ubicaciones aquí en España.
«Cada lugar diseña su propia sinfonía y nosotros solo somos el instrumento para acogerla en un propósitod: Habitar el entorno»
P: En vuestra carta de presentación decís que “lo importante es conocer bien los hábitos de vida de la persona para adaptarlos en su futura residencia”. ¿En qué aspectos suelen fijarse para tal efecto para diseñas las villas?
R: Siempre decimos que la nuestra es una empresa que tiene mucho de gabinete de psicología. Desentrañar a un cliente es algo esencial. Tenemos que conocer sus gustos, sus necesidades... y esto no es algo que se consiga de manera exclusiva planteando las preguntas concretas.
Muchas veces necesitamos observar al cliente, pues no es la misma persona cuando está frente a planos o tomos con muestras de tejidos que cuando se encuentra relajado comiendo con su familia, practicando su deporte favorito, conduciendo su coche por la carretera o viajando alrededor del mundo.
P: Y el entorno, ¿qué papel juega?
R: El genius loci lo es todo. Es uno de los elementos donde un proyecto de arquitectura e interiorismo se expone de manera real a su condición, talento y criterio. El entorno es cambiante, volátil y transformador, por eso cada vez apostamos más por proyectos integradores que partan de un diálogo muy orgánico con el terreno donde cobran vida y que puedan adaptarse a ese futuro incierto.
Materiales que sean un reflejo del lugar, espacios que acojan el exterior como reducto de lo privado, volúmenes que permitan llenarse de luz o esconderse de ella. Cada lugar diseña su propia sinfonía y nosotros solo somos el instrumento para acogerla en un propósito tan humano como siempre: Habitar el entorno. Y dicho sea de paso, dejando que este nos condicione más a nosotros, que al contrario.
