Viajamos a un recóndito escondite en África donde encontramos algunos de los lodges más lujosos y espectaculares del mundo. Singita está ubicado en cuatro países diferentes, cuatro santuarios que ofrecen experiencias inolvidables en la naturaleza y que nos permiten despertar los sentidos. El remoto sureste de Zimbabue, Sudáfrica, Tanzania y Ruanda son las codiciadas ubicaciones en las que nos alojaremos.
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Construido al estilo de una majestuosa casa solariega eduardiana y con un ambiente amplio y luminoso, Singita Sasakwa Lodge ofrece vistas panorámicas, una sensación de inmensa libertad y quietud.
Con amplios baños en suite, vestidores, chimeneas, salas de estar y puertas francesas que se abren a acogedoras terrazas, las elegantes cabañas son el lugar ideal donde desconectar.
Singita Kwitonda Lodge es uno de los hoteles más especiales de Ruanda. Ya no solo por su ubicación, también por lo que tiene alrededor, por cómo está construido. ¿Los materiales? Baldosas de cerámicas hechas a mano, paredes de roca volcánica, piedra de río, ladrillos de arcilla que han fabricado los vecinos de la zona… Un hotel que respira África por los cuatro costados.
Es el hotel preferido de los amantes de los gorilas, ya que vives al lado de la vida salvaje africana. En cada ventana, en cada porche, eres consciente del lugar en el que estás. «Es un hotel que se dedica a la hospitalidad ambiental consciente, la conversación sostenible y el empoderamiento de de las comunidades locales desde 1993» explican. Además, desde el hotel se cuidan encuentros entre los huéspedes y la selva, y esto se realiza a través de cuidados safaris y experiencias que sacudan sus sentidos.
Aunque eso sí, las habitaciones están limitadas, para que haya un número de huéspedes y vehículos concretos, para que el contacto con la naturaleza sea lo más cuidado posible. ¿Y por qué? Porque ese es el objetivo de la familia Bailes, desde que empezaran a escribir la historia de Singita en 1925. Este no es el único hotel que tiene la familia, hay otros 15 ecoturismos en cuatro países, todos con la misma filosofía. Lujo extremo pero sostenible.
Este alojamiento, como el resto de lugares, busca que exista esa conexión con el lugar mientras nos cuidan en desayunos, comidas y cenas. Con habitaciones llenas de encanto, un servicio exquisito y multitud de actividades para volver renovados de cuerpo y alma. Una excusa para volar a Ruanda y desconectar del mundo.
