Recorremos el panorama vinícola de España erigiendo la vista en las bodegas más sublimes (arquitectónicamente hablando). Norman Foster, Calatrava, Zaha Hadid… Vino y arquitectura se dan la mano en estos templos.
Marqués de Riscal (Elciego). Frank O’ Gehry
Seguramente sea la imagen más representativa cuando de templos del vino con arquitectura sublime se habla. La bodega Marqués de Riscal rompía todos los moldes cuando en 1998 inauguraba este magnífico hotel proyectado por el arquitecto Frank O. Gehry que se erige entre cascadas de colores y prismas rectilíneos.
Viña Real (Laguardia). Philippe Maziéres
Anclada en la misma tierra se erige una monumental tina de cerca de 30.000 metros: es el edificio que alberga los vinos Viña Real, un icónico diseño del año 2004 del francés Philippe Maziéres.
Viña Tondonia (Haro). Zaha Hadid
De elevados vinos, catar un Viña Tondonia López de Heredia en su sala de degustación supone adentrarse en el trabajo de Zaha Hadid, hasta ahora, única mujer en ganar el Premio Pritzker de manera individual.
Saltando a la Ribera del Duero, en Peñafiel las nuevas instalaciones de Bodegas Protos son un ejemplo de sostenibilidad llevado a cabo por el reciente fallecido Richard Rogers junto al estudio Alonso y Balaguer. Conectado con las antiguas bodegas (ubicadas bajo el Castillo de Peñafiel) a través de un túnel, el edificio se entierra para aprovechar la inercia térmica y situar las zonas de elaboración y maduración del vino.
Portia (Gumiel de Izán). Norman Foster
Sir Norman Foster firma esta joya de hormigón, vidrio, madera y acero en forma de estrella. Surgiendo de la tierra, las Bodegas Portia distribuyen 12.500 metros en tres brazos que corresponden a las zonas de elaboración, fermentación y crianza. En su interior, además, es frecuente encontrarse exposiciones artísticas.
Bodegas de Arínzano. Rafael Moneo
