Sanidad

El sindicato médico afirma que en Baleares faltan 350 médicos de Atención Primaria

Reclama un 30% más de presupuesto para una Atención Primaria que ahora "se encuentra en la UCI"

Miguel Lázaro: "Tenemos listas de espera de tres semanas y médicos sobrecargados y quemados tras una larga pandemia"

Lázaro: «Los médicos estamos dando la cara en primera línea mientras el Gobierno nos maltrata»

Atención Primaria.
Miguel Lázaro, presidente del Sindicato Médico de Baleares.

El presidente del Sindicato Médico de Baleares (Simebal), Miguel Lázaro, ha exigido este domingo al Govern balear, tras participar en la concentración convocada por la Asociación Salvemos la Atención Primaria, en Palma, «menos palabrería, menos retórica y un aumento presupuestario del 30%» para la misma.

Según ha manifestado Lázaro en declaraciones a los medios, «desde Simebal se exige al Govern un aumento presupuestario del 30% para una Atención Primaria que, en estos momentos, se encuentra en la UCI, con listas de espera de dos o tres semanas y los médicos sobrecargados y quemados tras una larga pandemia».

«Esto de Salvemos la Atención Primaria está muy bien pero hay que salvarla ya porque los pacientes están pagando un sistema que se está desmoronando», ha advertido el presidente del sindicato médico, quien ha precisado que «en Baleares faltan 350 médicos de Atención Primaria y por cada profesional se atienden 1.800, 1.900, 2.000 y 2.200 tarjetas sanitarias, cuando la media en España es de un médico por 1.300 tarjetas».

«Hay que invertir en Atención Primaria, pero no solo eso, también hay que captar y fidelizar médicos», ha enfatizado, recordando que «las víctimas del desmoronamiento del sistema serán los pacientes que no serán atendidos como toca, con listas de espera que hasta ahora eran impensables, y con un ‘burnout’ por parte de los médicos que dificulta todavía más una asistencia como toca», informa Europa Press.

«Menos retórica, menos palabrería, e inviertan ya un 30% más de financiación a la Atención Primaria», ha reiterado, apuntando que «en la UCI no hay que andarse con cataplasmas, ni medicamentos, sino con una inyección directa, en este caso de recursos, para que la Atención Primaria vuelva a ser, tras una reorganización de 180 grados, lo que era, el orgullo de la sanidad pública española».

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