Renault reduce un 30% los costes en sus fábricas de eléctricos para bajar el precio de sus nuevos modelos
La firma del rombo quiere democratizar la movilidad eléctrica en Europa, alcanzando la paridad de precios entre los vehículos eléctricos y los de combustión
En plena guerra de precios en el sector de la automoción, Renault ha logrado reducir hasta en un 30% los costes de producción en las fábricas en las que produce sus modelos eléctricos. Una apuesta que entra dentro del plan industrial Re-Industry, que anunció la firma del rombo a finales de 2023, en el que apuntaba a una disminución de los gastos para el ensamblaje de coches de nueva energía del 50%. ¿El objetivo? Mejorar la competitividad de la industria del automóvil en Europa y competir con las marcas chinas para poner en el mercado coches un 40% más baratos.
Así lo ha explicado Luciano Biondo, director de Renault ElectriCity, en conversaciones con este diario, que ha señalado que «las fábricas de Renault en las que se producen vehículos eléctricos ya han logrado reducir sus costes de producción en hasta un 30%, como es el caso de Douai (Francia), aplicando medidas para reducir de forma drástica el gasto, tanto en energía, como en logística en las instalaciones».
«Estamos muy cerca de alcanzar esa reducción del 50% en el coste de producir vehículos eléctricos pactada para 2027, en el último plan industrial presentado por la compañía, y, gracias a estos procesos, lograremos ser una factoría con cero emisiones de carbono el próximo año», explica el directivo de la firma del rombo a OKDIARIO.
Un 50% menos de costes
Electricity es un ecosistema industrial y tecnológico que permite asegurar toda la cadena de valor en la producción de un vehículo eléctrico. En este ecosistema se han unido las plantas de Maubeuge, Ruitz y Douai, todas ellas ubicadas al norte de Francia, lo que ha permitido crear la mayor y más competitiva instalación de vehículos propulsados por electricidad del Viejo Continente.
Una agrupación de las factorías que ha jugado un papel clave en la reducción de los costes de fabricación de coches eléctricos. Renault ha condensado el 75% de los proveedores en un radio de 300 kilómetros, que permite una reducción del 40% de los costes logísticos, además de alcanzar la huella de carbono neutra en 2025.
También la reducción de la superficie de las factorías ha sido fundamental para disminuir la factura final de ensamblar un automóvil, ya que compactar las instalaciones supone un importante ahorro en gasto energético, que bajará notablemente a partir de 2025 con la implantación de un proceso de geotermia.
Democratizar la movilidad eléctrica
Una reducción de los costes que no sólo beneficia a la marca, si no también al cliente. Renault quiere democratizar la movilidad eléctrica en Europa, alcanzando la paridad de precios entre los vehículos eléctricos y los de combustión, antes que la competencia, en los segmentos B y C -de los que se espera que representen el 75% del mercado europeo de vehículos eléctricos en 2030-.
Como resultado de su plan continuo de reducción de los costes de producción, Renault ha dado un primer paso importante con el Renault Scenic E-Tech, que ya está en paridad de coste total de propiedad con los vehículos híbridos. Además, la firma espera alcanzar la paridad de precios entre los eléctricos y los vehículos de combustión interna entre 2027 y 2028 con la segunda generación del Megane-E-Tech preservando al mismo tiempo los márgenes de la compañía.
Aunque el coche con el que la firma del rombo quiere democratizar la movilidad sostenible es el nuevo R5. Un modelo 100% eléctrico, cuyo precio estará en torno a los 25.000 euros y que planta cara a los fabricantes chinos, que están desembarcando en el Viejo Continente con coche eléctricos a precios muy competivos.
«En este sentido, Ampere ya cuenta con una importante ventaja competitiva gracias a sus dos plataformas nativas para vehículos eléctricos, rentables por su diseño y adaptadas a sus necesidades productivas», concluye Biondo.