La comunicación es una acción clave, fundamental y necesaria en la construcción de vínculos y relaciones interpersonales. Ya sea con familiares, amistades, parejas o compañeros de trabajo, las personas precisamos generar diálogos, acuerdos y reflexiones para realizar mejor nuestras tareas, actividades y proyectos. En el hogar, el autobús, la oficina, la escuela, el instituto permanentemente expresamos ideas, pensamientos, sensaciones y deseos. Hay personas que son más extrovertidas y expresivas, que manifiestan de manera más fluida lo que piensan y analizan. A su vez, existen otras que son introvertidas y silenciosas. Los movimientos y expresiones son aspectos cruciales a la hora de comunicarnos, ¿sabes cuáles son los gestos que delatan a un millonario?
La Escuela Europea de Dirección y Empresas enfatiza en la importancia del lenguaje corporal en el proceso comunicacional entre las personas. «Se trata de la expresión de lo que sentimos y de los que creemos, de manera que es fundamental que primero nos convenzamos a nosotros mismos de que realmente somos confiables y los mejores para llevar a cabo un proyecto», afirman. A su vez, comentan que cuanto más creamos en nosotros, más confianza transmitiremos a través de nuestro cuerpo. También sostienen que tanto el discurso verbal como el no verbal deben ser coherentes ya que no hay nada menos verosímil que el lenguaje corporal no coincida con lo que decimos. En cuanto a los gestos que suelen hacer los millonarios, se muestra una serie de actitudes, movimientos y situaciones que permiten identificar y reconocer su condición. A diferencia de lo que comúnmente espera la mayoría de las personas, se aprecian perfiles más discretos, conscientes y sencillos en sus personalidades.
¿Cuáles son los gestos más frecuentes de un millonario?
Según la web Life Hacker, los ricos no hacen alarde de su riqueza por la sencilla razón de que no piensan en ello. Una persona verdaderamente rica no hace alarde de pagar por cosas, ni posan para fotos con fajos de billetes o sentados en un jet privado.
Otro de los aspectos principales es la experiencia y la posibilidad de disponer de tiempo para disfrutar. En este sentido, cuando pagas a alguien para que limpie tu casa, recuperas una hora de tu día que puedes usar como quieras.
«Las personas verdaderamente ricas tienen más tiempo y esto se traduce en conocimientos en términos de habilidades y experiencia de vida. Saben esquiar o montar a caballo (o jugar al polo); conocen los protocolos de los jets privados; están familiarizados con ciudades extranjeras de una manera que va más allá del turismo», explican en Life Hacker.
A su vez, un gesto que suelen hacer los millonarios es vestirse con marcas de lujo, pero sin demostrar ni enfatizar en ello. Por el contrario, las personas verdaderamente ricas llevan ropa a medida que no tiene ninguna etiqueta de marca. En Life Hacker afirman que si alguien viste ropa de alta calidad que le sienta perfectamente pero no tiene logotipo, es probable que estés viendo a una persona realmente rica.
La conciencia de precios es un gesto típico en las personas millonarias, quienes tienen noción de cuánto cuestan las cosas porque siguen interactuando directamente con el dinero. «Compras tu propia gasolina, haces tus propias compras y pagas tus propias facturas. Puede que no lo pienses dos veces antes de comprar un coche nuevo, pero sabes cuánto cuesta», según Life Hacker.
Hay más cosas como que no suelen llevar equipaje. Para ir más cómodos, basta con una pequeña maleta de equipaje de mano, documentación, dinero y móvil. Con todo esto pueden comprar lo que realmente quieran y necesiten.
¿Qué sentido se atribuye a los gestos y actitudes en relación al dinero?
En general, podemos decir que el dinero no es ni bueno ni malo, la cuestión es lo que se hace con él o lo que se desearía hacer con él. Por su parte, el sociólogo Jaume Burdils Fuster reflexiona que el dinero, en nuestra sociedad, se relaciona estrechamente con el éxito y desarrollo personal y profesional.
Opina que «una persona con dinero, en general es más deseada y valorada que alguien con menos recursos. A partir de allí, lo habitual es que se le abran más puertas en todo tipo de relaciones», afirma.
Fuster destaca y celebra a los que a pesar de sus patrimonios siguen con los pies en la tierra: «Son actitudes loables, en una sociedad en donde se invita a todo lo contrario. Parecer rico, vistiendo de forma ostentosa para causar impresión, tampoco es la solución».
Para Emmanuel Rodríguez de Vera «ser rico o pobre no es una situación estática en la vida. La vida es muy larga y se puede pasar por diferentes fases. No es poca cosa saber vivir y adaptarse a cada situación».
En conclusión, los gestos que suelen hacer los millonarios presentan un perfil de gran discreción, escasa exposición social de los bienes y pertenencias y mayor consciencia del valor del dinero.