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El consumo regular de los cuatro grupos principales de alimentos es una de las claves para darle a tu cuerpo el cuidado y desarrollo necesario de todos los sistemas. A través de los minerales, vitaminas, nutrientes y proteínas, tu organismo logra llevar a cabo los movimientos y acciones indispensables como dormir, caminar, bailar y realizar actividad física. En ocasiones, existe una creencia muy arraigada de que demasiada cantidad de un componente beneficiosos es sinónimo de mayor bienestar y mejores condiciones de salud. Los expertos avisan que hay ciertas personas que no pueden tomar tanta fibra.
Según Asociados de Gastroenterología Tri-State, la fibra es muy beneficiosa para alimentar a las bacterias «buenas» del intestino. Las bacterias buenas son esenciales para la función inmunológica del cuerpo, el control del azúcar en sangre y el peso. Los profesionales explican que la mayoría de los nutrientes que ingerimos se absorben en el torrente sanguíneo antes de llegar al intestino. Como consecuencia, no queda nada para alimentar a las bacterias buenas excepto la fibra. También indican que la fibra permite la regulación de los movimientos intestinales. «Es muy frecuente que se recomiende la ingesta de fibra a personas que sufren de estreñimiento, diarrea crónica, hemorroides o incontinencia fecal», mencionan los profesionales. A su vez, una dieta rica en fibra ayuda a eliminar las toxinas que se encuentran en el tracto gastrointestinal. En este sentido, la fibra une las toxinas y ayuda al cuerpo a eliminarlas. «Uno de los mejores beneficios de una dieta rica en fibra es que puede reducir el riesgo de ciertas enfermedades como el cáncer de colon y la diverticulosis», advierten especialistas en gastroenterología.
¿Cuáles son las desventajas de una dieta rica en fibra?
La ingesta de fibra permite el desarrollo de una serie de aspectos positivos para el organismo como la pérdida de peso, reducción del riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, descenso de los niveles de colesterol LDL, prevenir el riesgo de padecer diabetes tipo 2 y controlarla.
Sin embargo, debes comprender las razones de por qué puede ser malo el exceso de fibra y lo explicamos a continuación. Los efectos y las consecuencias están relacionados con las condiciones específicas de la salud digestiva de cada persona.
Una ingesta regular de fibra puede ocasionar complicaciones de salud en personas que presentan colitis ulcerosa, enfermedad de Cohn o síndrome del intestino irritable. En dichos casos, es necesario realizar una consulta con especialista para orientar de qué manera debes alimentarte y qué opciones de preparaciones puede llevar a cabo.
¿Qué aspectos y condiciones presenta la fibra?
El Centro de Nutrición Clínica de Costa Rica indica que la fibra a menudo se considera, por lo general, como un héroe digestivo. Esto se debe, principalmente, a que consumir fibra ayuda a mantener niveles saludables de azúcar en sangre y mantener un buen sistema digestivo.
Las características que definen a la fibra indican que es un tipo de carbohidrato no digerible. En este sentido, los humanos carecemos de las enzimas para descomponer la fibra de los alimentos y destacan que existen dos tipos de fibras.
Por un lado, se encuentra la fibra soluble. Se disuelve en agua y otros líquidos, lo que genera un gel que actúa como esponja para absorber sustancias a medida que viaja a través de tu tracto digestivo.
En dicho recorrido, favorece la disminución del colesterol LDL (malo) y mantiene los niveles de glucosa en sangre. La fibra soluble la podemos encontrar en las manzanas, peras, judías, semillas de chía y avena.
Mientras que, la fibra insoluble, acelera la comida a través del intestino y no se digiere. A su vez, agrega masa y activa la motilidad para aliviar el estreñimiento, explican las autoridades de la institución médica de Costa Rica. «Se encuentra principalmente en cereales integrales y vegetales como el brócoli, brócoli, espinaca, tomate, lechuga, zanahoria y frutos secos», detallan.
¿Por qué puede ser malo el exceso de fibra?
El consumo frecuente y elevado de fibra genera como consecuencia estreñimiento. Los procesos intestinales regulares necesitan que las paredes se encuentren lubricadas para que los desechos puedan moverse sin ningún problema a través y fuera del cuerpo.
La ingesta de fibra debe ir acompañada de una buena hidratación, de lo contrario hay probabilidad de generar un tránsito de desechos lento y denso en tu colon.
Si tu organismo dispone de demasiado volumen de heces, es probable que padezcas de movimientos lentos y sientas estreñimiento. Esto se debe a que demasiada fibra aumenta el volumen de heces más de lo que nuestro cuerpo está diseñado para procesar.
Los consejos para prevenir el estreñimiento consisten en incorporar granos integrales, comer más legumbres como judías, lentejas y garbanzos, ingerir más frutas y verduras, y toma suficiente agua.
Existen señales específicas que determinan un consumo elevado de fibra, como pueden ser gases e inflamación (problemas digestivos); heces sueltas y diarrea; estreñimiento; deshidratación; aumento de peso; pérdida de minerales; calambres musculares; obstrucción intestinal y reducción de la absorción de fármacos.