Bruxismo: qué es, síntomas y tratamiento

El bruxismo es un trastorno común que se caracteriza por apretar o rechinar los dientes de forma involuntaria, especialmente durante la noche. A menudo se desarrolla en la edad adulta, pero también puede afectar a niños y adolescentes. 

En ocasiones, la falta de sueño o el estrés pueden ser los factores desencadenantes. Hay discusión en el sector de salud sobre si es una enfermedad o más bien una respuesta fisiológica.

En esta entrada, analizaremos los síntomas asociados a este “comportamiento”, así como las posibles consecuencias a largo plazo de esta condición, como el desgaste dental y el dolor facial. 

¿Qué es el bruxismo?

Es la acción inconsciente de contraer la musculatura masticatoria. La Revista Avances en Odontoestomatología lo define como “una actividad parafuncional que consiste en el apriete y rechinamiento dentario”. 

Se puede considerar un mal hábito, aunque como suele darse de manera involuntaria (generalmente al dormir), entonces algunos expertos lo catalogan como una “condición o trastorno”.

Al apretar los dientes de forma regular y con mucha fuerza se puede desarrollar una desalineación dental e incluso desgaste, ocasionando pérdida o fractura de los dientes.

Tipos de bruxismo

Existen dos tipos de bruxismo: diurno o nocturno. Sin embargo, los que rechinan los dientes en  el día lo suelen hacer también en las horas nocturnas.

• Bruxismo diurno. Se trata del rechinamiento dental durante las horas diurnas, es decir, en el día. Puede darse de forma consciente, debido a estímulos psicosociales o ambientales. Por ejemplo, la ansiedad y el estrés.
• Bruxismo nocturno. Esta presión de la mandíbula se da en las noches y está relacionado con una disfunción central neuromotora. Se realiza de modo involuntario.

¿Cuáles son los síntomas del bruxismo?

Se puede decir que los síntomas asociados a este mal hábito comprende alteraciones en la boca, el cuerpo y malestar psicológico. En adelante, explicaremos los síntomas según cada área:

• En la boca. Se puede presentar pérdida del esmalte, movimientos de los dientes, desgaste o fractura de los dientes, sensibilidad dental, recesión de tipo gingival o retracción.
• Cuerpo. Es posible experimentar molestias en diferentes áreas del cuerpo, por ejemplo, dolor de oído, cuello, tensión en el rostro, dolor de cabeza, inflamación en la mandíbula, dolor articular.
• Molestias psicológicas. Dentro de los síntomas asociados podemos destacar trastornos alimenticios, vértigos, insomnio.

¿Cómo se diagnóstica el bruxismo?

El diagnóstico del bruxismo generalmente lo realiza un dentista. El dentista examinará los dientes y la mandíbula en busca de signos de desgaste, sensibilidad dental y dolor en los músculos de la mandíbula. 

También puede preguntar sobre los hábitos de sueño y los niveles de estrés, a fin de poder determinar la causa e implementar un tratamiento adecuado. En ocasiones, el dentista puede remitir a su paciente a otro especialista para que trate la causa subyacente.

Causas del bruxismo

Las causas exactas del bruxismo no se conocen completamente, pero se cree que está relacionado con una combinación de factores físicos, psicológicos y genéticos. Algunos de los factores que pueden contribuir al bruxismo son:

• Estrés y ansiedad. El estrés y la ansiedad son las causas más comunes del bruxismo. 
• Trastornos del sueño. Se asocia con trastornos del sueño como la apnea del sueño. 
• Maloclusión dental. Una mordida desalineada puede aumentar el riesgo de desarrollar este trastorno.
• Factores genéticos. Este mal hábito es más común en personas con familiares que también lo padecen, por lo que puede haber componentes genéticos.
•  Consumo de sustancias. El consumo de alcohol, tabaco y cafeína puede aumentar el riesgo de padecerlo.
• Medicamentos. Algunos medicamentos, como ciertos antidepresivos, pueden tener el bruxismo como efecto secundario. 

Tratamientos para el bruxismo

El tratamiento para el rechinamiento de los dientes dependerá de la causa subyacente y la gravedad de los síntomas. Sin embargo, podemos mencionar algunas de las opciones de tratamiento más comunes:

• Férulas oclusales. También conocidas como placas de mordida, son dispositivos de plástico que han probado su efectividad frente al desgaste de los dientes, aunque no en el trastorno en su totalidad, según señala cierta investigación. Se ajustan a los dientes superiores o inferiores para evitar el contacto directo entre los dientes y protegerlos del desgaste.
• Manejo del estrés. Técnicas de relajación, como la meditación, el yoga o la respiración profunda, pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, lo que puede aliviar el bruxismo.
• Terapia cognitivo-conductual. Este tipo de terapia puede ayudar a identificar y modificar los pensamientos y comportamientos que contribuyen a este padecimiento.
•  Medicamentos. En algunos casos, el médico puede recetar medicamentos para relajar los músculos o reducir la ansiedad.
• Corrección de la maloclusión dental. Si la maloclusión dental es la causa del bruxismo, el dentista puede recomendar ortodoncia u otros tratamientos para corregir la mordida.
• Cambios en el estilo de vida. Evitar el consumo de alcohol, tabaco y cafeína puede ayudar a reducir el bruxismo.

El bruxismo no es una enfermedad en sí mismo, pero puede desencadenar problemas de salud como el dolor cervical, alteraciones dentales que afectan la autoestima, insomnio, entre otros. De ahí que es muy importante buscar ayuda profesional a fin de determinar la posible causa y un tratamiento para lidiar con este mal hábito.

Bibliografía

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