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Los trastornos de ansiedad son cada vez más comunes, de ellos la agorafobia es quizás el más frecuente e incapacitante.
Quienes sufren de agorafobia pueden tener serias dificultades para sentirse seguros en lugares públicos, especialmente donde hay multitudes, y por lo general, requieren de la presencia de alguien de confianza cuando deben salir.
En un mundo donde llevamos una vida frenética no estamos exentos de experimentar ansiedad, por eso es apropiado entender en qué consiste esta fobia, cuáles son sus síntomas y su tratamiento.
¿Qué es la agorafobia?
Se define agorafobia como un trastorno de ansiedad que se caracteriza por un miedo desproporcionado a situaciones donde escapar puede ser difícil, o donde se piensa que la ayuda no estaría disponible si las cosas van mal.
Contrario a lo que normalmente se piensa, la agorafobia no es simplemente el miedo a los espacios abiertos, sino más bien el temor a situaciones que pueden provocar pánico, vergüenza o la sensación de sentirse atrapado. Suele estar acompañada de ataques de pánico.
La palabra agorafobia se deriva de las palabras griegas “agora”, que significa plaza o mercado, y “fobia”, que traduce temor. La creación de este término se atribuye al psiquiatra alemán Carl Westphal, que lo usó por primera vez en 1872 para describir la conducta de algunos de sus pacientes.
Tipos de agorafobia
Son muchas las situaciones que pueden desencadenar los miedos agorafóbicos. Los temores más comunes que caracterizan a este trastorno son:
- Miedo a los espacios abiertos. Se experimenta temor de estar en lugares abiertos como calles transitadas, plazas y espacios deportivos.
- Temor a los espacios cerrados. Los episodios de intensa ansiedad suceden en espacios cerrados como ascensores, tiendas, centros comerciales y cines.
- Miedo a salir solo fuera de casa. La persona puede no sentirse segura fuera de casa sin la presencia de alguien conocido.
- Fobia a las multitudes. Se siente un profundo miedo de estar rodeado de una multitud de personas, como sucede, por ejemplo, en las estaciones de metro o al asistir a espectáculos deportivos.
- Fobia al uso de transporte público. En este caso se siente temor a usar algún medio de transporte, puede ser terrestre, aéreo o marítimo.
¿Cuáles son las causas de la agorafobia?
En la agorafobia una persona puede experimentar temores por lugares o situaciones del presente o hasta por lo que se imagina que sucederá en el futuro. Este tipo de ansiedad es más frecuente en las mujeres, teniendo mayor incidencia en la adolescencia y al comienzo de la vida adulta.
Las causas de la agorafobia son complejas y pueden variar de una persona a otra. Algunos factores que pueden contribuir incluyen:
- Trastorno de pánico. A menudo se desarrolla después uno o más ataques de pánico. El miedo a tener otro episodio así puede llevar a la persona a evitar situaciones que cree que podrían desencadenarlo.
- Experiencias traumáticas. Pueden desatarlo eventos traumáticos, como asaltos o accidentes, muerte de seres queridos y maltrato físico o psicológico.
- Genética. Existe una predisposición genética a los trastornos de ansiedad. Así que, quienes tienen un pariente consanguíneo que padece agorafobia son más propensos a desarrollarla.
- Factores ambientales. El estrés y el estilo de vida pueden contribuir a la aparición de esta fobia.
Síntomas de la agorafobia
Los síntomas de la agorafobia pueden variar en intensidad y frecuencia. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:
- Temor intenso. El miedo puede deberse a estar en espacios abiertos o cerrados, multitudes, transporte público o a estar solo fuera de casa.
- Manifestaciones físicas. Antes lugares y situaciones temidas se puede presentar palpitaciones, sudoración, temblores, dificultad para respirar, náuseas y mareos.
- Huir de situaciones temidas. La persona puede evitar salir de casa, viajar sola o participar en actividades sociales.
- Dependencia de otras personas. La persona puede requerir del apoyo de familiares para afrontar situaciones y lugares que le causan temor.
¿Cómo se diagnostica la agorafobia?
Cuando se experimentan los síntomas antes descritos, y en especial si el temor es desproporcionado, es fundamental acudir a un profesional de la salud mental, como un psicólogo o psiquiatra.
A través de una evaluación clínica, el especialista evaluará los síntomas del paciente, su historial médico y psicológico, y las posibles causas de la agorafobia.
Aparte de eso, se detendrá a investigar si los temores ante situaciones y lugares específicos han aparecido en ocasiones puntuales o son frecuentes. Por lo general, para el diagnóstico de agorafobia se establece una duración de seis meses en la manifestación de los síntomas.
La agorafobia puede durar muchos años, y en algunos casos toda la vida.
Tratamiento de la agorafobia
El tratamiento de la agorafobia comprende una combinación de terapia y medicamentos, como los que se detallan a continuación:
- Terapia cognitivo-conductual. Este es el tratamiento más eficaz para la agorafobia. Esta terapia ayuda a las personas a identificar y cambiar los pensamientos y comportamientos negativos que contribuyen a su miedo y ansiedad.
- Tratamiento farmacológico. Los antidepresivos ISRS y ansiolíticos pueden ser útiles para controlar los síntomas de ansiedad y pánico.
- Exposición gradual. Esta técnica implica que el paciente se exponga gradualmente a las situaciones temidas de manera segura y controlada.
Básicamente, el tratamiento psicológico consiste en ayudar a la persona a confrontar sus miedos y aprender a disfrutar más de la vida. Por lo visto, este trastorno debe atenderse con prontitud para evitar que aparezcan otros problemas como la depresión o la dependencia del alcohol como medio de escape.
La agorafobia es un trastorno de ansiedad que puede cambiar la vida de una persona y limitar su desempeño en muchos campos de su vida. Por fortuna, con un diagnóstico temprano y la ayuda de terapia se pueden controlar sus síntomas.
Bibliografía
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