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La definición de genialidad, como la de inteligencia, no es universal. Para Craig Wright, catedrático de la Universidad de Yale y autor del libro ‘Los hábitos secretos de los genios’, no se trata solo de un coeficiente intelectual alto ni de un talento innato. Cabe remarcar que Wright lleva más de dos décadas investigando a personas con altas capacidades, históricas y también contemporáneas.
«El coeficiente intelectual y las notas académicas están sobrevalorados», asegura Wright. En este mismo sentido, sostiene que la genialidad es fruto de un esfuerzo sostenido, impulsado por pasiones personales y experiencias diversas.
4 cosas que todas las personas con altas capacidades hacen
En su análisis, Wright detalla cuatro rasgos comunes que suelen estar presentes en las personas con altas capacidades, comportamientos que, según el catedrático, pueden pasar desapercibidos incluso para ellas mismas.
1. Obsesionarse, para impulsar el éxito
Para Wright, la obsesión no es un defecto, sino un catalizador clave. El catedrático explica que lo que muchos identifican como «momentos eureka» es, en realidad, el resultado de un largo proceso de reflexión y trabajo arduo. Según el experto, este esfuerzo nace de una pasión intensa que puede convertirse en una obsesión.
Esta tendencia obsesiva, afirma Wright, se refleja en cómo estas personas abordan sus objetivos. Citando la fábula del zorro y el erizo, Wright señala que muchos genios profundizan en un tema específico hasta dominarlo por completo.
Sin embargo, también subraya la importancia de experimentar y fomentar intereses variados, ya que esto enriquece el pensamiento lateral y permite innovar al combinar elementos aparentemente dispares.
2. Conectar el perfeccionismo con la creatividad
Uno de los hábitos que las personas con altas capacidades pueden manifestar sin darse cuenta es el perfeccionismo, que, según los expertos, puede estar vinculado a comportamientos como la onicofagia (morderse las uñas). Estudios de Psychology Today relacionan esta conducta con la ansiedad, pero también con un impulso hacia la excelencia.
Sylvia Sastre-Riba, profesora de la UNIR (Universidad Internacional de La Rioja), señala que el perfeccionismo es una herramienta necesaria para desarrollar el potencial de quienes tienen altas capacidades. «No basta con la motivación; el perfeccionismo es un elemento clave para llevar el talento desde la semilla hasta el árbol», comenta la experta.
Aunque este rasgo puede ser útil, también es importante gestionarlo adecuadamente para evitar problemas de salud mental asociados.
3. Sensibilidad y preferencia por trabajar en solitario
Diversos estudios han demostrado que las personas con altas capacidades suelen ser más sensibles a los estímulos externos. Una investigación del Instituto Karolinska, en Suecia, descubrió que quienes tienen una inteligencia superior procesan los estímulos sensoriales de manera más profunda. Esto explica por qué, a menudo, prefieren ambientes tranquilos y trabajar de forma independiente.
La sensibilidad sensorial puede convertirse en un arma de doble filo: permite captar matices que otros no perciben, pero también puede generar un rechazo hacia entornos ruidosos o sobreestimulantes. Este rasgo no solo influye en cómo se enfrentan a los desafíos, sino también en su estilo de vida y productividad.
4. Dialogar con uno mismo como herramienta de pensamiento
Hablar solo, una conducta que puede parecer peculiar o incluso infantil, es otro de los comportamientos comunes entre las personas con altas capacidades. Según un estudio de las universidades de Wisconsin y Pensilvania, verbalizar pensamientos en voz alta ayuda a organizar ideas, mejorar la memoria y potenciar la creatividad.
El diálogo interno, conocido como «habla autodirigida» en psicología, permite clarificar objetivos y resolver problemas de forma más eficiente. Los expertos de Élice Psicología afirman que este hábito no solo refuerza la autoestima, sino que también mejora la capacidad de reflexión y planificación. Como ejemplo, Albert Einstein solía repetir sus frases en voz alta para comprender mejor sus propias ideas.
Ejemplos históricos de mentes brillantes
La trayectoria de figuras históricas como Ludwig van Beethoven, Virginia Woolf o Charles Darwin demuestra que el éxito no siempre está ligado al rendimiento académico. Muchos de los genios actuales, como Bill Gates o Elon Musk, también han seguido caminos no convencionales.
Craig Wright insiste en que las altas capacidades no dependen exclusivamente del talento innato o de las calificaciones. En su lugar, enfatiza la importancia de la pasión, el esfuerzo constante y la apertura a nuevas experiencias. Según Wright, fomentar una curiosidad amplia y un pensamiento lateral puede marcar la diferencia entre el potencial y la genialidad.