Contenido
¿Alguna vez te has preguntado si la persona que te dio la vida podría ser la fuente de tu malestar emocional? Desafortunadamente, algunas madres, lejos de ser un refugio seguro, manipulan a sus hijos para satisfacer sus propias necesidades.
Las madres manipuladoras buscan su propio bienestar y son capaces de destruir la autoestima y la seguridad emocional de sus hijos para lograr sus objetivos.
¿Cómo reconocer a una madre manipuladora y victimista?
Según los profesionales de Psicólogo Emocional Online, estas son las 8 características más comunes de una madre manipuladora y victimista:
- Son egoístas: estas madres solo piensan en sí mismas y no dudan en chantajear a sus hijos para obtener lo que desean. Son incapaces de ponerse en el lugar de otros y los utilizan para alcanzar sus metas.
- Son inmaduras: suelen ser personas que carecieron de atención y cariño en su infancia, y buscan suplir esas carencias a través de sus hijos.
- No son empáticas: no les importa el daño que puedan causar para obtener lo que quieren. Simplemente, no pueden comprender el sufrimiento ajeno.
- Son personas negativas: suelen quejarse de lo desgraciadas que son y de la mala vida que han tenido. Difunden un aura de negatividad que afecta a quienes las rodean.
- Tienen la habilidad de detectar debilidades: son expertas en identificar los puntos débiles de sus hijos para utilizarlos en su beneficio.
- Tienen una baja autoestima: buscan la aprobación de los demás, especialmente de sus hijos, para sentirse más fuertes y seguras. De esta manera, hacen que sus hijos dependan de ellas.
- No toleran la frustración: si no obtienen lo que quieren, pueden reaccionar con enojo e incluso volverse agresivas, llegando en algunos casos al abuso emocional.
- Usan la culpa para todo: se hacen las víctimas para que sus hijos se sientan culpables y hagan todo lo posible para reparar ese supuesto daño, siendo esta su principal técnica de manipulación.
¿Cómo actúan las madres manipuladoras?
Reconocer que tu propia madre te está manipulando puede ser complicado. Algunas de las señales más frecuentes son el chantaje emocional, las críticas constantes, el victimismo, el control excesivo y el desprecio de los límites.
Estas madres controlan las finanzas, las relaciones y todos los aspectos de la vida de sus hijos. Buscan generar lástima para conseguir atención y que sus hijos se sientan obligados a complacerlas. Pueden recurrir a la violencia psicológica cuando no consiguen lo que quieren.
Éstas son las consecuencias de tener una madre manipuladora
Las consecuencias de tener una madre manipuladora son graves. Los hijos pueden desarrollar una baja autoestima, inseguridad y dependencia emocional. También pueden experimentar estrés, ansiedad y depresión. Además, estas madres generan sentimientos de miedo, tristeza y culpa en sus hijos, emociones que pueden paralizarlos y causarles un gran sufrimiento.
Si te has identificado con esta situación, es fundamental que tomes medidas para proteger tu bienestar. Reconocer el problema es el primer paso. Luego, debes establecer límites claros con tu madre, comunicándole que no vas a permitir que te manipule más. Es esencial que te muestres firme y que ella entienda que sus acciones tendrán consecuencias.
En muchos casos, la ayuda profesional es necesaria para sanar las heridas emocionales causadas. La terapia puede ayudarte a reconstruir tu autoestima, controlar tu ansiedad y mejorar tu estado de ánimo. También puedes apoyarte en tus amigos y familiares.