Si tus orejas son así, puedes ser una persona más indecisa que el promedio: lo explica la psicología

Seamos más guapos o más feos, lo cierto es que la forma de nuestro rostro dice muchas cosas sobre nuestra personalidad, para la psicología. Concretamente, la morfopsicología sugiere que los rasgos faciales pueden revelar ciertos aspectos de nuestro carácter, o al menos influir en cómo los demás nos perciben.

Entre estos rasgos, las orejas ocupan un lugar más importante de lo que imaginabas. Según la morfopsicología, la forma y posición de tus orejas están asociadas con cualidades como la determinación o la duda. Dependiendo de cómo son tus orejas, eres más o menos indeciso.

Estas son algunas de las explicaciones sobre por qué la forma de tus orejas determina tu personalidad, en qué se basa la morfopsicología para afirmarlo y algunos otros ejemplos con otras partes del cuerpo.

Lo que la psicología dice sobre ti si tienes así las orejas

En el marco de la morfopsicología, la posición y la forma de las orejas pueden servir para determinar si una persona afronta el día a día con mayor decisión o si por el contrario le cuesta más procesar la información.

Las orejas bajas, es decir, aquellas cuya parte superior se sitúa por debajo de la línea de las cejas, se interpretan como un indicio de lentitud en la toma de decisiones y predominio de la duda.

En cambio, aquellos que tienen las orejas altas (por encima de la línea de las cejas) suelen causar la impresión de ser personas con mayor firmeza y determinación a la hora de tomar decisiones.

Es importante recordar que estas observaciones no reflejan con exactitud cómo eres, pero sí cómo puedes ser interpretado por los demás.

¿Qué es realmente la morfopsicología?

La morfopsicología es una disciplina que estudia la relación entre los rasgos faciales y la personalidad. Aunque no es una ciencia cierta, sí que resulta útil aceptar la idea de que el rostro es el reflejo de nuestra historia de vida, nuestras decisiones, emociones, actitudes y experiencias.

Más que decir cómo somos en realidad, la morfopsicología recaba información sobre cómo nos perciben los demás y cómo influye esa percepción en su juicio sobre nuestra forma de ser.

Otros ejemplos de morfopsicología con otras partes del cuerpo

Además de las orejas, hay otros rasgos faciales que según la morfopsicología revelan aspectos de nuestra personalidad.

Por ejemplo, las personas con ojos grandes suelen ser percibidas como sinceras y ambiciosas, mientras que aquellos que tienen los ojos pequeños causan la impresión de ser inteligentes y atentos.

Una nariz pequeña y respingona tradicionalmente se relaciona con la bondad, mientras que la nariz aguileña causa una impresión sensual, y la nariz recta se relaciona con el orden.

En cuanto a la boca, los labios gruesos suelen aportar una percepción de expresividad y seguridad, mientras que los labios delgados se relacionan con un mayor control emocional.

La forma del rostro y los ángulos de la cara también ofrecen distintas percepciones externas. Las caras cuadradas suelen dar la impresión de que una persona es optimista, mientras que una cara más triangular se relaciona con personas que se dejan llevar por la intuición.