Contenido
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- 1 ¿Cuál es el color que deberían evitar las personas mayores de 65 años?
- 2 Todos estos colores envejecen: una advertencia para mayores de 65 años
- 3 Colores recomendados para mayores de 65 años
En la senectud, la fisiología del ojo y las características de la piel cambian de forma constante. Estos cambios influyen en la forma en que las personas mayores de 65 años perciben los colores y cómo los demás perciben su apariencia. Por eso, a esa edad deberían seguir unos consejos que les ayuden a adaptarse a estos cambios de manera práctica y favorecedora. Y para aclarar, aquí no se trata de imponer preferencias personales, sino de compartir hallazgos científicos.
Varios expertos recogieron a su manera como ciertos tonos pueden afectar la luz reflejada en el rostro y disminuir el contraste facial, elementos más que claves en la imagen de las personas mayores y su percepción general.
¿Cuál es el color que deberían evitar las personas mayores de 65 años?
Las investigaciones sobre preferencias de color en adultos mayores muestran que este grupo tiende a rechazar colores apagados, e inclinarse hacia tonos más vivaces como el rojo o el amarillo para verse más alegres y activos. Y esto está muy bien, ya que opciones aparentemente contrastantes como negro o gris no siempre resultan favorecedoras. Así lo afirma este estudio publicado en Research Gate.
Y es que, por ejemplo, el negro y el gris generan contraste bajo con la piel madura, especialmente cuando el cabello y los ojos pierden pigmentación. Un contraste bajo suele acentuar líneas de expresión y producir una apariencia más apagada, según lo plantea el portal Inside Out Style. Además, existe evidencia, cómo se plantea en este estudio publicado en Plos One, que un contraste facial más definido suele asociarse con una percepción más juvenil.
En líneas generales, para mayores de 65 años, vestir de negro o gris puede resultar deslucido y minimizar la viveza facial.
Por otra parte, los estudios de visión demuestran que, con la edad, el cristalino se vuelve más amarillo y opaco, dificultando la diferenciación de tonos en el espectro azul-verde. En personas en torno a los 75 años, el problema afecta casi al 50 %; y en la mediana de los noventa, alcanza dos tercios del grupo. Esto además provoca que colores grises o negros profundos se confundan con sombras o carezcan de definición.
Todos estos colores envejecen: una advertencia para mayores de 65 años
El envejecimiento visual no es el único factor a tener en cuenta. Según la psicología del color, hay tonalidades que tienden a acentuar arrugas, palidez, sombras en el rostro o pérdida de luminosidad en la piel.
Los colores más problemáticos para mayores de 65 años incluyen:
- Negro: resalta las líneas de expresión y las ojeras, y endurece las facciones.
- Gris oscuro: aporta una sensación apagada o sin vitalidad.
- Pasteles muy suaves: dan un efecto de deslavado que puede hacer que la piel se vea aún más pálida.
- Verde caqui: endurece los rasgos faciales y puede acentuar el tono cetrino de la piel.
- Tonos neón: suelen reflejarse de forma poco favorecedora en pieles maduras, aumentando la sensación de aspereza.
Sin embargo, hay otro color en particular que se desaconseja especialmente en mayores de 65 años: el amarillo, tanto en su versión pálida como en tonos más intensos.
El amarillo: por qué evitarlo a partir de los 65
La razón para no utilizar el color amarillo en personas mayores de 65 años es doble. Por un lado, el amarillo presenta una frecuencia de onda que, con la edad, se vuelve más difícil de distinguir frente a tonos similares como el verde limón o el beige. Esto puede causar disonancias visuales o dificultades para combinarlo con otras prendas.
Por otro, el amarillo tiende a reflejar una luz que aumenta las imperfecciones en la piel, como manchas, ojeras o arrugas. Esta tonalidad puede potenciar el aspecto cetrino o amarillento del rostro en pieles maduras, generando un efecto poco favorecedor.
Además, al ser un color de alto impacto visual, su presencia cerca del rostro tiende a robar protagonismo a las facciones, desplazando la atención hacia la prenda en lugar de hacia la persona.
Colores recomendados para mayores de 65 años
Lejos de los colores a evitar, existen tonalidades que pueden mejorar la apariencia general en mayores de 65 años. Estas opciones no sólo armonizan con los cambios fisiológicos propios del envejecimiento, sino que también aportan contraste, luz y suavidad.
Algunas de las tonalidades más recomendadas son:
- Blanco roto o marfil: aporta luz sin generar excesivo contraste.
- Beige claro o camel: neutros cálidos que suavizan los rasgos.
- Azul claro o celeste: refresca la imagen sin endurecer las facciones.
- Fucsia o rosa fuerte: ofrece vitalidad y luminosidad a la piel.
- Morado medio: transmite elegancia sin oscurecer el rostro.
Combinar estos colores con prendas de líneas simples y evitar los estampados estridentes puede reforzar una imagen equilibrada y más favorecedora para quienes superan los 65 años.