Contenido
- 0.1 Si tienes los ojos de esta manera, puedes ser una persona más inteligente que el resto: lo dice la psicología
- 0.2 Ni la lluvia ni el lenguaje: un ‘influencer’ explica en TikTok cuál es la diferencia entre gallegos y andaluces
- 0.3 Ni abiertos ni orgullosos: un estudio psicológico confirma cómo ve el resto de España a los madrileños
- 1 ¿Cuál es la frase que los niños más inteligentes jamás deberían escuchar de sus padres?
- 2 ¿Qué deberían responder los padres frente a este tipo de situaciones?
En el ámbito de la psicología infantil se ha demostrado que el lenguaje, tanto verbal como gestual, tiene una influencia directa en la autoestima y la salud emocional de los menores. Cuando se trata de un selecto grupo de niños más inteligentes, esta influencia puede ser incluso más significativa, ya que suelen tener una percepción muy desarrollada del entorno y de las emociones ajenas.
Por eso, ciertos mensajes, lejos de ayudarles a desenvolverse mejor, pueden generar bloqueo, inseguridad o desmotivación. No se trata de sobreproteger ni de ensalzar cualidades, sino de respetar su ritmo y forma de procesar la información. Este enfoque es especialmente importante en los niños más inteligentes, que tienden a recibir ciertos comentarios por parte de los adultos que no siempre son beneficiosos.
¿Cuál es la frase que los niños más inteligentes jamás deberían escuchar de sus padres?
Los niños más inteligentes desarrollan una sensibilidad especial al lenguaje desde edades tempranas. Pueden interpretar matices, captar dobles sentidos y reaccionar de forma intensa ante determinados tonos o expresiones. Por ello, una frase aparentemente neutra puede tener consecuencias profundas y problemáticas. Según los expertos, esta frase es: «Tú no puedes contestar».
Este dicho se utiliza con frecuencia en situaciones en las que el niño o la niña responde rápido o de manera reiterada, especialmente en entornos como el colegio o en juegos familiares. El objetivo puede parecer justo: dar espacio a otros. Pero el mensaje que recibe el menor es muy distinto.
En un entorno familiar, es entendible que esta frase busque «equilibrar» la relación entre hermanos o fomentar la participación equitativa entre todos los miembros del grupo. Sin embargo, en el caso de los menores con altas capacidades, esto puede traducirse en una sensación de censura o de invisibilidad.
Los expertos coinciden en que frases como «Tú no puedes contestar» pueden suponer una forma de anulación emocional y cognitiva para los niños más inteligentes. La razón no tiene que ver con la frase en sí, sino con su repetición y el contexto en que se pronuncia.
Estas son algunas de las consecuencias identificadas por psicólogos y educadores:
- Fomento de la auto-represión: el menor empieza a dudar de cuándo es apropiado participar y cuándo no.
- Percepción de castigo por saber: se asocia el conocimiento o la rapidez mental con un castigo indirecto.
- Desvinculación del entorno: al sentirse excluido del grupo, el niño puede optar por retraerse o dejar de mostrar interés.
- Pérdida de motivación: si se inhibe sistemáticamente su participación, es probable que se reduzca su entusiasmo natural por aprender o compartir.
¿Qué deberían responder los padres frente a este tipo de situaciones?
En lugar de recurrir a frases que limitan, los expertos como Ana Araujo (especialista en bienestar y liderazgo), sugieren estrategias que promuevan la participación sin excluir a nadie. En el caso de los niños más inteligentes, estas pautas pueden favorecer un entorno inclusivo sin necesidad de imponer límites artificiales.
Algunas recomendaciones incluyen:
- Rotar la participación de forma natural sin señalar a quien sabe más.
- Valorar el contenido de las respuestas antes que la frecuencia.
- Fomentar el respeto por los turnos con normas previas, no con prohibiciones.
- Dar espacio a la expresión individual en momentos específicos para cada menor.
Ana Araujo es madre de un menor con altas capacidades y divulgadora en redes sociales. Dentro de sus recomendaciones, advierte también sobre el impacto de frases similares que los niños escuchan en el entorno escolar. En un vídeo ampliamente compartido, señala cómo estos comentarios afectan a largo plazo: «No les estás enseñando a escuchar a los demás, les estás enseñando que tienen que callarse porque incomodan».
No se trata únicamente de lo que se dice, sino de cómo se dice. El tono, la actitud y la coherencia con otros mensajes del entorno familiar o escolar son elementos clave. Un menor con altas capacidades puede percibir la contradicción entre lo que se le dice en casa y lo que vive en clase, lo cual genera confusión emocional.
A medida que se avanza en el conocimiento sobre el funcionamiento del cerebro infantil, resulta evidente que muchas prácticas comunes deben ser revisadas. Las frases hechas o los mensajes automáticos pueden tener efectos que van más allá de lo que se pretendía, especialmente en el desarrollo de los niños más inteligentes.