Decorar la casa puede ser una de las decisiones a las que más vueltas se les da. La razón es que existe una gran variedad de estilos que se adaptan a gustos y formas de vida: el minimalista, el rústico, lo moderno o el mediterráneo.
Si bien hay quienes mantienen la misma decoración desde que entraron a vivir, otras personas cambian la decoración de su casa una y otra vez. Y eso, según los expertos, tiene un trasfondo que habla de su personalidad.
Esto es lo que dice la psicología si cambias a menudo la decoración de tu casa
El estudio A room with a cue: Personality judgments based on offices and bedrooms, firmado por Samuel D. Gosling, Sei Jin Ko, Thomas Mannarelli y Margaret E. Morris. Su trabajo analizó cómo oficinas y dormitorios ofrecen pistas reales sobre la forma de ser de quien vive o trabaja allí.
Vieron que distintos observadores llegaban a conclusiones parecidas al evaluar un espacio y que esas conclusiones coincidían, en buena parte, con la personalidad real del ocupante. El entorno no es una simple colección de objetos, sino un hilo conductor que revela hábitos, prioridades y rasgos estables.
A partir de esas «pistas válidas», el equipo comprobó que las personas con una alta apertura a la experiencia tienden a rodearse de decoraciones diversas, poco convencionales y cargadas de estímulos. Esa apertura no se queda en una etiqueta psicológica.
Se nota en la necesidad de probar estilos nuevos, cambiar colores, reorganizar muebles o introducir objetos que mantengan vivo el ambiente. Quien funciona así busca variedad, se mueve por curiosidad y siente incomodidad cuando todo permanece igual.
En la práctica, este rasgo se reconoce rápido. Suelen ser personas creativas, con una imaginación enorme. Se cansan de un salón que no cambia y disfrutan de encontrar otro enfoque.
No siguen una tendencia rígida, prefieren un estilo propio aunque mezcle piezas inesperadas. Además, usan los cambios como una forma de actualizar su identidad, casi como si el hogar fuese un diario visual que avanza con ellas.
Por eso hay meses en los que se quedan con un estilo más minimalista, otros en los que buscan algo cálido y lleno de textura, y puede que al año siguiente cambien por completo el rumbo y se inclinen por un aire más mediterráneo o incluso moderno. No lo viven como un capricho, sino como una forma de ajustar la casa a cómo se sienten en cada etapa.
Cómo empezar a cambiar la decoración de tu casa sin perderte
Quien quiere dar un giro a su hogar puede empezar por definir una idea clara. No hace falta complicarse: reunir unas cuantas referencias, revisar lo que ya tienes y decidir qué mantener y qué sustituir ayuda más de lo que parece. Un presupuesto razonable también evita que el cambio se convierta en un caos y un gasto exagerado.
Luego conviene revisar los detalles que transforman de verdad. Textiles nuevos, una pared con otro color, una lámpara que aporte carácter o unas plantas que den vida renuevan un espacio sin gastar demasiado. También funciona revisar la disposición. Mover muebles, despejar superficies y reorganizar estanterías cambia la energía de un cuarto en cuestión de minutos.
Si el cuerpo te pide algo más ambicioso, puedes pintar un mueble antiguo o invertir en una pieza clave que marque el rumbo del nuevo estilo. No se trata de llenar la casa, sino de elegir bien lo que entra.
