Insólito pero cierto: un estudio científico señala la mejor estrategia para ganar a piedra, papel o tijera

Los científicos plantean una explicación que ayuda a entender por qué solemos fallar y qué podemos hacer para jugar mejor

Manos, juego

Manos.

Jugar a piedra, papel o tijera es un clásico en los recreos, en casa y en cualquier rato muerto. No hace falta material, sólo un poco de coordinación para mover la mano a la vez que la otra persona y decidir, en un segundo, si sacas puño, palma o los dos dedos en forma de tijera. Es simple, rápido y sirve igual para elegir quién empieza algo que para picarse con amigos.

Hasta ahora, casi todo el mundo daba por hecho que ganar dependía de la suerte: sacar justo la opción que vence al otro y ya está. Sin embargo, un equipo de investigadores ha demostrado que el cerebro no juega al azar, y que esa falta de auténtica aleatoriedad se convierte en una pequeña estrategia que puedes aprovechar para ganar más veces.

Esta es la mejor estrategia para ganar a piedra, papel o tijera, según un estudio

El estudio Neural decoding of competitive decision-making in Rock–Paper–Scissors, liderado por Denise Moerel y publicado en Social Cognitive and Affective Neuroscience, se adentró en la cabeza de los jugadores. Los científicos registraron la actividad cerebral de 62 personas mientras se enfrentaban entre sí en 480 partidas de piedra, papel o tijera. Querían ver qué pasa en el cerebro justo antes, durante y después de cada decisión.

La teoría del juego dice que la estrategia perfecta consiste en ser imprevisible. Si tu rival no detecta patrón alguno, no puede anticiparse. No obstante, los datos del estudio muestran que la mayoría de jugadores cae en dos trampas muy humanas. La primera es que eligen más piedra que papel o tijera, y la segunda es que se dejan arrastrar por lo que ocurrió en la jugada anterior.

Los investigadores vieron que los ganadores y los perdedores se parecían mucho en algo: ambos mostraban en el cerebro información clara sobre la decisión que iban a tomar en la ronda actual. La diferencia no estaba ahí, sino en cómo gestionaban el pasado reciente.

Quienes perdían una y otra vez mantenían activa, a nivel cerebral, la huella de lo que ellos mismos y su rival habían jugado en la ronda anterior. Esa huella influía en la siguiente elección.

En cambio, los que terminaban ganando el duelo global jugaban de manera más «limpia». No arrastraban tanto la información del turno previo. No se obsesionaban con corregir lo que salió mal ni con anticipar al milímetro la siguiente jugada del otro. Cada ronda se parecía más a un reinicio.

Por qué este truco tiene sentido y puede darte ventaja en piedra, papel o tijera

El truco, si se puede llamar así, no consiste en memorizar combinaciones mágicas, sino en justo lo contrario: aprender a ignorar. El estudio apunta a que quienes pierden se fían demasiado de lo que acaba de pasar. Si ganan, tienden a cambiar de opción; si pierden, intentan compensar. Esa lógica parece razonable, pero te vuelve previsible.

Por otro lado, la preferencia general por sacar piedra abre una pequeña ventana de oportunidad. Si sabes que mucha gente se inclina de forma casi automática por el puño cerrado, puedes ajustar tu juego sin convertirte en un robot, por ejemplo introduciendo papel con más frecuencia en los primeros cruces y variando después.

Asimismo, el trabajo muestra que nuestro cerebro detesta el azar puro. Siempre busca patrones, incluso cuando no existen.

Si quieres subir tus opciones de ganar a piedra, papel o tijera, el consejo que se desprende del estudio es sencillo: corta el vínculo con la jugada anterior, mezcla tus decisiones de verdad y evita caer siempre en la misma mano «cómoda».

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