Qué significa que una persona hable siempre gritando, según los psicólogos

Qué significa que una persona hable siempre gritando, según los psicólogos

Los diálogos y conversaciones son una forma que encontramos las personas en  relaciones, proyectos, emprendimientos y situaciones que requieren organización, cooperación, iniciativa y resolución de conflictos. En este sentido, se ponen en juego una serie de factores para que hablar sea una oportunidad de construcción y transformación. En ocasiones, es frecuente la presencia de conflictos, desacuerdos, contraposición de miradas, objetivos y deseos. Frente a estas circunstancias, la escucha atenta, respetuosa y sincera es elemental. Sin embargo, algunas personas emplean formas y modos que pueden resultar incómodos y desagradables, y esto hace que haya persona que hablan gritando.

La Dirección de Comunicación de la Ciencia de la Universidad Veracruzana plantea que, para aprender a dialogar, primero debemos aprender a escuchar, escucharnos a nosotros mismos, entender lo que sucede en nuestro cuerpo, qué toca en nuestro corazón, para después escuchar a los demás. A su vez, debemos tomar conciencia de la importancia del diálogo, tratar de comprenderlo y apropiarlo para llevarlo a nuestra práctica cotidiana, porque dialogar va más allá de la comunicación y la trasciende. Además, los miembros de la Dirección de Comunicación de la Ciencia recomiendan que para lograr establecer un verdadero encuentro es necesario partir del reconocimiento y valoración de esas otras culturas como otros diversos y distintos, pues mediante el diálogo será posible construir nuevas realidades. «El verdadero objetivo del diálogo es el de penetrar en el proceso del pensamiento y transformar el proceso del pensamiento colectivo. La pérdida del respeto, la tolerancia, la empatía, ha fracturado el diálogo, sin valores no hay entendimiento, se genera el caos», reflexionan.

¿Por qué hay gente que habla siempre gritando?

Existen diferentes razones que pueden conducir a algunas personas a expresar sus ideas, pensamientos y reflexiones con tonos de voz que pueden resultar muy elevados en el registro auditivo.

Según el sitio Replanteamiento Consciente, una posibilidad es intentar sobrecompensar la timidez al levantar la voz y estar gritando. A través del ruido y la actitud extrovertida, intentar que pase desapercibido su lado tímido e introvertido.

Otra de las razones es el deseo y la necesidad de sentirse importantes al emplear la voz más fuerte de todas las personas de una sala, clase o auditorio. Esto puede tomarse como una señal de querer que todos le presten más atención a su participación.

También puede ser por aspectos históricos, familiares y de contexto en por qué hay gente que habla a gritos. «Algunas personas crecen en una situación en la que realmente no pueden tener voz ni compartir una opinión», afirman miembros de Replanteamiento Consciente.

Otra de las posibilidades de por qué hay gente que habla a gritos es la actitud egocéntrica y egoísta. «Las personas obsesionadas consigo mismas a menudo hablan en voz alta porque realmente no les importa si son groseras mientras lo hacen», reflexionan.

En Replanteamiento Consciente agregan que este es un rasgo bastante clásico del narcisismo, a partir de una indiferencia hacia los sentimientos de los demás y una intención de frustrarlos o molestarlos para sentirse bien consigo mismo.

Frente a este panorama de dialogar y hablar a los gritos, puede manifestarse una situación de ansiedad en muchas personas a quienes les resulta difícil expresarse en voz alta ante un público.

Al respecto, explican que cuando estamos con ansiedad, nuestro cuerpo entra en un estado de pánico, de lucha o huida, lo que hace que se bombeen enormes niveles de adrenalina por nuestro cuerpo y, a menudo, aceleremos nuestra habla y aumentemos el volumen y muchos acaben gritando.

¿Qué efectos produce hablar gritando?

Según el sitio Protocolo Social, muchas personas hablan gritando por una conducta violenta y autoritaria. Frente a las críticas que se expresan, aclaran que solamente se genera un ‘beneficio’ inmediato. «Cuando una persona grita, suele generar miedo en la gente y enseguida obedecen (o al menos prestan atención)», aclaran.

Los expertos indican sobre ir gritando desde un sentido funcional es cuando se hace para evitar un peligro. «Por ejemplo, cuando un niño se suelta de la mano y quiere cruzar la calle, o cuando el niño va a meter los dedos en un enchufe… ese puede ser un momento en que es necesario gritar», justifican.

Entre las propuestas y alternativas a los gritos, destacan la importancia de generar conversaciones y diálogos con calma y sosiego para trabajar el proceso de los resultados.

En este sentido, sugieren que hay que repetir y ser un poco más insistentes, pero se puede lograr un buen resultado. Por lo tanto, plantean con determinación que gritar no puede convertirse en la solución porque sea muy efectivo a corto plazo. «No es una forma de hablar o de enseñar a nadie. Porque al final, tiene un efecto ‘rebote’ mucho más negativo», concluyen.

Vemos que hay gente que habla gritando y pueden encontrarse en personalidades de inseguridad, ansiedad, timidez, abuso y exceso de poder.

 

 

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