Contenido
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- 0.2 Los 6 errores de crianza en los niños que causa enormes dependencias en la edad adulta, según la psicología
- 0.3 El habitual error de crianza que causa problemas en el aprendizaje de los niños, según la psicología
- 1 ¿Por qué piden eliminar las pantallas de los colegios?
- 2 ¿Cómo pretende la AEP eliminar las pantallas y que propone a cambio?
- 3 ¿Y qué pretenden hacer con los recursos digitales?
El uso de pantallas en el entorno escolar vive un crecimiento sostenido en los últimos años. Tablets, pizarras digitales y ordenadores portátiles son hoy herramientas habituales en las aulas. Esta digitalización, muchas veces promovida por administraciones públicas y apoyada por determinadas corrientes pedagógicas, responde a un modelo de enseñanza que prioriza el acceso a contenidos interactivos y la supuesta mejora del rendimiento académico. ¿Pero alguna vez alguien se propuso eliminar las pantallas y ver que ocurriría?
Sectores médicos especializados en infancia advierten de los efectos nocivos que este tipo de exposición continuada puede tener sobre el desarrollo neurológico. Asociaciones de pediatras y otras organizaciones similares empezaron a divulgar en este sentido informes en los que se reclama la necesidad de eliminar las pantallas en ciertas etapas educativas. Su propuesta busca recuperar metodologías que favorezcan la interacción humana directa y el aprendizaje activo sin mediación digital.
¿Por qué piden eliminar las pantallas de los colegios?
Las transformaciones tecnológicas de las últimas décadas están moldeando a pasos agigantados los espacios educativos. Sabemos que las tablets, pizarras digitales y ordenadores son ya herramientas habituales en muchas aulas. Este fenómeno fue promovido como parte del impulso hacia una educación más moderna y adaptada a los retos digitales, pero estuvo casi exento de oposición y de cuestionamientos.
Ahora, algunos sectores sanitarios observan con preocupación el impacto que estos dispositivos están teniendo en la salud de los menores. En este contexto, la Asociación Española de Pediatría (AEP) lanzó una propuesta que cuestiona el papel de las pantallas en el entorno escolar y sugiere un cambio profundo en la forma de abordar la competencia digital.
Antes de develar cuál es la propuesta, cabe destacar que los pediatras han detectado una serie de consecuencias vinculadas al uso frecuente de pantallas en el entorno escolar. Entre los problemas señalados destacan:
- Trastornos del sueño.
- Fatiga visual.
- Sedentarismo.
- Deterioro de la memoria.
- Dificultades de concentración.
- Neurodesarrollo fragmentado.
- Aislamiento social.
A este conjunto de efectos se suman otras preocupaciones recientes. Según María Salmerón, coordinadora del grupo de salud digital del Comité de Promoción de la Salud de la AEP, «todos los contenidos que se consumen en pantallas son potencialmente adictivos», especialmente por el uso de sistemas de gratificación inmediata en muchas aplicaciones educativas.
Este mecanismo, habitual en plataformas digitales, está diseñado para mantener la atención del usuario, generando una respuesta que los pediatras consideran problemática en edades tempranas.
Salmerón remarca que los menores «no son capaces de extrapolar al mundo real lo que aprenden en la pantalla», lo cual dificulta la internalización de conceptos. En su lugar, el aprendizaje mediante juego tradicional y actividades físicas puede ofrecer mejores resultados, incluso en competencias que se consideran propias del ámbito digital.
¿Cómo pretende la AEP eliminar las pantallas y que propone a cambio?
Frente a este escenario, la AEP apuesta por eliminar las pantallas en el entorno escolar, al menos durante las etapas educativas iniciales. Esta propuesta se basa en las recomendaciones de uso de dispositivos que la propia asociación ha elaborado. Según estas orientaciones:
- Menores de seis años: no deberían tener exposición a pantallas.
- Niños entre seis y 12 años: un máximo de una hora al día.
- Mayores de 12 años (incluidos adultos): límite de dos horas diarias.
El objetivo es ajustar el uso tecnológico a las etapas de desarrollo neurológico, evitando exposiciones prolongadas que puedan interferir con procesos de aprendizaje o interacción social.
En lugar de las herramientas digitales, los pediatras sugieren el uso de métodos analógicos para fomentar habilidades digitales. Esto incluye desde juegos de mesa hasta dinámicas en grupo que simulan procesos de seguridad informática o navegación responsable. «Un niño puede aprender a crear una contraseña segura jugando en el suelo», asegura Salmerón.
¿Y qué pretenden hacer con los recursos digitales?
Una de las peticiones más firmes por parte de los pediatras es que se evalúe el impacto de las pantallas antes de incorporarlas al aula. Esto incluye:
- Valoración previa de beneficios pedagógicos.
- Estudios sobre efectos a corto, medio y largo plazo.
- Comparación con métodos analógicos.
La AEP plantea que cualquier herramienta digital que se quiera incluir en el sistema educativo debe seguir criterios similares a los que se aplican con los medicamentos: «Hay que plantearse si es una medida adecuada y segura», indica Salmerón.
También se propone el desarrollo de un proyecto piloto en centros educativos que permita comprobar si las competencias digitales pueden adquirirse sin pantallas. Esta iniciativa serviría para contrastar datos, medir resultados y tomar decisiones informadas sobre el futuro de la educación digital.
A pesar del respaldo de los pediatras, la propuesta de eliminar las pantallas de las aulas no cuenta con consenso en todas las comunidades autónomas. Muchas regiones mantienen su apuesta por el uso de tablets y herramientas digitales, considerando que forman parte de los objetivos de la educación contemporánea.
En este contexto, algunos centros educativos que inicialmente adoptaron las pantallas como eje central de su metodología están revisando sus decisiones. Como señala un reportaje del medio radial Cadena SER, ciertos colegios han comenzado a renegar del uso intensivo de tecnología tras observar efectos indeseados entre el alumnado.