Contenido
El lenguaje corporal es considerado parte del lenguaje no verbal de las personas, es decir, aquello que no se dice sino que se da a entender con gestos, miradas o posiciones del cuerpo, y que sólo los expertos pueden entender. Por ejemplo, en tiempos de elecciones, la mayoría de los candidatos son analizados a partir de sus discursos y acciones, pero principalmente en el debate, los expertos en lenguaje no verbal son los encargados de descifrar qué dijeron con la postura de su cuerpo. Hay más cosas a saber, como el significado de andar con las manos unidas a la espalda.
Según la MH Education, el lenguaje no verbal es «ese lenguaje complementario al de las palabras formado por los gestos, las posturas, las miradas… que utilizamos —consciente e inconscientemente— para expresar estados de ánimo o sentimientos de manera habitual: la comunicación no verbal. Su importancia es tal que se considera que, en una comunicación cara a cara, el componente verbal es del 35% aproximadamente frente al 65% que se corresponde con la comunicación no verbal (gestos, movimientos, señales, etc.). Por tanto, es la que transmite más información». Es decir, gracias al lenguaje no verbal podemos conocer aquello que la persona por distintas razones no se anima a poner en palabras, pero que por la forma en que se expresa con sus manos, su mirada, su postura, los gestos y otros detalles, desvela cómo se siente y cuáles son sus intereses en relación con lo que está diciendo.
¿Qué quiere decir andar con las manos unidas a la espalda?
Respecto del lenguaje no verbal, el Instituto Europeo de Psicología Positiva explica que cada uno de los movimientos de nuestro cuerpo dice cosas muy distintas, como por ejemplo guiñar un ojo quiere decir complicidad y necesidad de acercamiento; o bien abrir la boca o levantar las cejas es un gesto de sorpresa. Dentro de todos estos gestos se puede incluir el de la postura, y cómo ponemos las manos al caminar.
Entonces, por ejemplo, una forma de interpretar una caminata con manos unidas por la espalda puede ser tener una postura de confianza y autoridad, ya que necesariamente para lograrlo, debemos erigir nuestra espalda, y así llevar nuestra mirada al frente, lo que puede entenderse como una señal de liderazgo.
A lo largo de los años, cientos de figuras militares, políticas y de la academia, han tomado esta postura como forma de dominio y control.
Por otra parte, mantener las manos fuera de la vista de todas las personas, y con los brazos relajados, puede ser interpretado como una personalidad segura de sí misma, y al dejar toda la parte delantera de su cuerpo sin protección puede comprenderse como señal de apertura al diálogo y a que todos lo vean llegar.
Otras interpretaciones sobre andar con las manos unidas a la espalda
Tener esta postura erguida, con las manos fuera de la vista de las personas, y la espalda recta puede interpretarse también como una forma de caminar de alguien que está reflexionando. También puede interpretarse como alguien que está enfocando su energía en una tarea mental interna, teniendo pensamientos profundos o realiza una planificación y realmente necesita concentrarse.
Otra forma de interpretar esta postura puede ser la necesidad de controlar sus impulsos, ya que las manos cruzadas en la espalda demuestran, para el lenguaje no verbal, una manera de contener emociones que no se quieren compartir con los demás.
A contraposición de unas manos libres que expresen muchas cosas a partir de sus movimientos, las manos entrelazadas y escondidas, las mismas se mantienen en una posición fija que puede ser una señal de algo que se está reprimiendo o gestionando internamente.
Debido a ello puede ser una opción para cuando en la conversación o exposición que se está teniendo, se requiere de cierta diplomacia o equilibrio emocional.
¿Seguridad o algo cultural?: qué significa unir las manos en la espalda
Si bien enlazar las manos por la espalda puede ser signo de autoridad y firmeza, también puede ser una construcción social, debido a que hace muchos años atrás, los militares se paraban de esta forma como parte del protocolo ceremonial de ese entonces, simbolizando disciplina y orden.
Así que esto está relacionado con el orden y la disciplina y también tiene que ver con la cultura de cada país.
Mientras que en otras sociedades, esta postura puede interpretarse como una señal de autoridad o incluso arrogancia.
Por lo tanto, la postura del observador será la “encargada” de definir qué es lo que está interpretando de esa señal, y cómo afecta al contexto en el que se está realizando, debido a que se trata de algo subjetivo y cultural para determinadas personas, y para otras, es señal de tiempos anteriores.