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Las personas que son cool o así lo creen expresan un estilo que se puede apreciar a partir de la ropa, la música o las redes sociales. Además, irradian una energía particular que combina seguridad en sí misma, autenticidad y carisma. Por lo tanto, no se trata solo de gustar a los demás, sino de tener una personalidad que genera admiración sin esfuerzo. Entre las características que hacen a una persona cool, están la extroversión, la apertura mental, el hedonismo, la independencia y, en muchos casos, una cierta audacia que les permite destacar sin parecer que lo intentan.
En realidad, lo que hace que alguien sea considerado cool es una mezcla de rasgos psicológicos y actitudes sociales que se perciben como deseables o aspiracionales dentro de un contexto cultural determinado. Según la Universidad de Columbia Británica, las personas percibidas de esta manera suelen ser vistas también como emocionalmente inteligentes y resilientes. Además, la Asociación Americana de Psicología (APA) ha resaltado que la autenticidad personal y la congruencia entre lo que se piensa, se siente y se hace son fundamentales para el desarrollo de una personalidad atractiva desde el punto de vista social. «Las personas cool, más que seguir modas, parecen crear su propio camino. Esto incluye la capacidad de tomar decisiones sin dejarse llevar por la presión externa, el gusto por la novedad y la aventura, y una clara independencia de pensamiento», comentan los expertos. De hecho, muchas de estas características están estrechamente ligadas a ciertos rasgos de personalidad como la apertura a la experiencia y la extroversión, que forman parte del modelo de los cinco grandes rasgos (Big Five), ampliamente utilizado en psicología contemporánea.
¿Cuáles son los rasgos de una persona cool?
Numerosos profesionales e instituciones académicas exponen que ser cool no es simplemente cuestión de apariencia, sino de comportamiento y actitud. Entre los rasgos más comunes en personas consideradas cool están la extroversión, que les permite conectar fácilmente con otros.
También están presentes el hedonismo moderado, que se manifiesta en el disfrute de los placeres cotidianos; y una mentalidad abierta que fomenta la curiosidad y la aceptación de lo diferente.
Según un informe de la Universidad Autónoma de Madrid sobre psicología social, las personas consideradas atractivas socialmente tienden a mostrar una actitud desinhibida, pero no imprudente.
«Se observa una notable independencia emocional, que les permite mantener una postura firme ante la crítica o el rechazo. Es decir, no buscan gustar a toda costa, sino que valoran su autenticidad por encima del reconocimiento externo», sostienen las autoridades.
El poder del carisma y la autenticidad de una persona cool
El carisma es otra cualidad estrechamente relacionada con la percepción de ser cool. Se trata de una combinación de seguridad, amabilidad y espontaneidad. Las personas carismáticas saben comunicarse, escuchar, y transmitir confianza sin imponerse.
Los expertos de la APA aseguran que es uno de los pilares fundamentales para establecer relaciones sociales positivas y duraderas. «Una persona auténtica no actúa según lo que cree que los demás esperan de ella, sino en sintonía con sus valores y creencias», afirman. En este sentido, la coherencia interna genera respeto y admiración, que resultan factores claves en la percepción de alguien con tales características.
En busca de aventuras y riesgos
La inclinación hacia lo nuevo y lo incierto también caracteriza a muchas personas consideradas cool. No les temen a los desafíos y, de hecho, los buscan. Esta tendencia a explorar y probar cosas nuevas se conoce como neofilia, y está asociada a una mayor tolerancia al riesgo y a la incertidumbre.
Asimismo, existe una correlación entre el poder personal, es decir, la capacidad de influir sobre la propia vida y decisiones, y la percepción de ser cool. Son personas que toman las riendas de su destino, que emprenden, que se reinventan. Estas actitudes suelen generar un halo de admiración porque no se trata de tener poder sobre otros, sino de ser dueños de sí mismos.
Según la Universidad de Barcelona, esta autonomía percibida se relaciona positivamente con el bienestar y la autoestima, dos ingredientes esenciales en la imagen de una persona atractiva socialmente.
La influencia del contexto cultural
Es necesario destacar que el concepto cool no es universal ni fijo. Por el contrario, cambia con el tiempo y varía entre las sociedades y culturas. Lo que en un entorno puede ser visto como símbolo de autenticidad, en otro puede resultar inapropiado.
Por ejemplo, en algunas sociedades más colectivistas, como las asiáticas, la discreción y la armonía social pueden ser más valoradas que la extroversión abierta, lo que influye en cómo se percibe la “frescura” o el carisma personal.
Mientras que, en Europa y América, el individualismo ha moldeado una idea de cool basada en la originalidad, la libertad y la capacidad de diferenciarse. El Consejo Europeo de Investigación explica que la figura del moderno ha evolucionado desde el rebelde sin causa hacia una versión más emocionalmente inteligente, socialmente empática y creativa.