Ni blanco ni rojo: el color recomendado para que los mayores de 65 años parezcan más jóvenes y alegres

El color amarillo ayuda a las personas mayores a lucir más jóvenes, alegres y llenas de energía

Color, mayores, psicología

Personas mayores.

A medida que las personas atraviesan la etapa de la madurez, suelen inclinarse hacia tonos sobrios y oscuros en su vestimenta, como el negro o el marrón. No obstante, esta elección habitual no siempre favorece la vitalidad ni la alegría que muchas desean proyectar.

La psicología del color demuestra que ciertos tonos tienen un efecto transformador en el ánimo y la imagen personal, especialmente en las personas mayores. Entre ellos, un color destaca por su capacidad para aportar frescura, energía y una apariencia más juvenil. Este tono puede ser clave para quienes quieren irradiar felicidad y dinamismo sin renunciar a su estilo.

El color perfecto para que las personas mayores luzcan más jóvenes y alegres

El uso del amarillo en la ropa representa mucho. Este color, vinculado a la luz solar, simboliza la alegría, la inteligencia y la energía, estimulando la mente y el cuerpo. Según los expertos de Guioteca, el amarillo aporta una calidez única y es ideal para que las personas mayores de 65 años se sientan y se vean más jóvenes y llenas de optimismo. Por otra parte, destacan que estimula la actividad mental y genera energía muscular.

La tendencia tradicional de elegir colores oscuros responde a ideas culturales que asocian esos tonos con la sobriedad y el respeto, pero también puede limitar la autoexpresión y generar una imagen apagada o incluso de invisibilidad social. Por eso, incorporar el amarillo en la vestimenta es un modo efectivo de desafiar estos estereotipos y potenciar el bienestar emocional.

Otros colores que mejoran el ánimo y la imagen de los mayores

Aunque el amarillo es el más destacado, no es el único tono con beneficios psicológicos para las personas mayores. La paleta ideal puede incluir estos colores:

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La ropa que elegimos influye directamente en cómo nos sentimos y en la percepción que los demás tienen de nosotros. Para las personas mayores, apostar por colores como el amarillo puede marcar la diferencia, permitiendo expresar alegría y vitalidad, y ayudando a romper con estereotipos ligados a la edad.

Esta elección consciente potencia la autoexpresión y contribuye al bienestar emocional, generando una imagen que refleja juventud interna y externa. En definitiva, incorporar tonos vibrantes en la vestimenta es una forma sencilla pero poderosa de celebrar la madurez, proyectando energía, felicidad y una actitud positiva frente a la vida.

Además, especialistas en gerontología coinciden en que la forma en que nos vestimos incide directamente en nuestra autoestima y salud emocional. Incorporar colores que transmitan energía positiva puede motivar la interacción social, mejorar el estado de ánimo y fomentar una actitud activa frente a la vida. Elegir conscientemente qué colores usar también es una forma de autocuidado.

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